Científicos logran conversar con delfines usando lenguaje
Biólogos especialistas en comportamiento se comunicaron con delfines en libertad, en el primer experimento de este tipo.
Biólogos especialistas en comportamiento se comunicaron con delfines en libertad, en el primer experimento de este tipo.
Después del hombre, los delfines son los animales más inteligentes, con un complicado cerebro que corresponde a un alto grado de inteligencia.
En cautividad se ha logrado la comunicación recompensando sus respuestas con alimento, pero este trabajo con delfines libres fue realizado por el Proyecto Delfin Salvaje, en Florida, empleando una forma primitiva de lenguaje con sonidos, símbolos y accesorios.
El estudio, publicado en la revista Acta Astronautica, indica que se centraron en pedirse, humanos y delfines, unos a otros, objetos como pelotas y pañuelos.
Un teclado grande bajo el agua sirvió de eje del estudio, con cada tecla pintada con un símbolo diferente, que emitía un silbido con un tono preciso.
Cuando un delfín presionaba cierta tecla con su nariz, los científicos le arrojaban una clase de objeto al agua. Con ello se esperaba que el delfín decida silbar con el tono que la tecla podría emitir, para que se les arroje el objeto esperado.
Durante tres años los científicos jugaron con los delfines en 40 sesiones de medias horas y determinaron que las hembras jóvenes eran las más interesadas en el juego, mientras que los menos atraídos eran los machos jóvenes
Las sesiones fueron más exitosas cuando antes los biólogos nadaron lentamente con los delfines, en especial si establecieron contacto con los ojos e imitaron sus movimientos unos a otros.
En cautividad se ha logrado la comunicación recompensando sus respuestas con alimento, pero este trabajo con delfines libres fue realizado por el Proyecto Delfin Salvaje, en Florida, empleando una forma primitiva de lenguaje con sonidos, símbolos y accesorios.
El estudio, publicado en la revista Acta Astronautica, indica que se centraron en pedirse, humanos y delfines, unos a otros, objetos como pelotas y pañuelos.
Un teclado grande bajo el agua sirvió de eje del estudio, con cada tecla pintada con un símbolo diferente, que emitía un silbido con un tono preciso.
Cuando un delfín presionaba cierta tecla con su nariz, los científicos le arrojaban una clase de objeto al agua. Con ello se esperaba que el delfín decida silbar con el tono que la tecla podría emitir, para que se les arroje el objeto esperado.
Durante tres años los científicos jugaron con los delfines en 40 sesiones de medias horas y determinaron que las hembras jóvenes eran las más interesadas en el juego, mientras que los menos atraídos eran los machos jóvenes
Las sesiones fueron más exitosas cuando antes los biólogos nadaron lentamente con los delfines, en especial si establecieron contacto con los ojos e imitaron sus movimientos unos a otros.