Los supuestos “genios” que pululan en instituciones educativas de todo el mundo no son necesariamente tales, pues las pruebas de medición del coeficiente intelectual (IQ) no sirven, aseguran científicos de la Western University de Canadá.
Explicaron que las célebres pruebas esgrimidas por psicólogos de todo el mundo "no tienen sentido" y las califican de “demasiado simplistas” para medir la inteligencia.
El nuevo experimento fue realizado o a gran escala realizado por científicos británicos y canadienses y comprende a más de cien mil participantes a los cuales se tomó las doce pruebas que requieren planificación, razonamiento, memoria y atención, además respondieron a una encuesta sobre sus antecedentes.
También escanearon los cerebros de parte de los participantes mientras respondían a las pruebas, que permitieron ver que otras partes del cerebro, responsables de otras funciones, se activaban en cada tipo de prueba, es decir, por ejemplo, en razonamiento no sólo se activaba el área responsable del razonamiento, sino otras más.
Los investigadores observaron que, comúnmente, se considera que la inteligencia se calcula a partir de tres elementos diferentes: la memoria a corto plazo, el razonamiento y la habilidad verbal, pero en realidad destacar en uno de estos factores no significa que la persona sea igual de talentosa en los otros dos.
Explicaron que existen al menos dos circuitos independientes de neuronas responsables en la resolución de diferentes tipos de tareas, y llegaron a la conclusión de que la inteligencia como entidad única no existe, sino como un conjunto de capacidades cognitivas independientes y diferentes.
Los estudiosos advierten que han comprobado que lo que hace a una persona ser inteligente es demasiado complejo como para reducirlo a un solo examen y consideran el estudio como un llamado a los colegios y universidades que emplean las pruebas tradicionales para clasificar a sus alumnos.
Lo triste es que con estas pruebas se deja de lado a muchos estudiantes, considerándolos “menos inteligentes”, mientras que deja a otros padres hinchados de orgullo proclamando tener hijos “genios”.
Un valor de 100 para IQ es considerado normal, mientras que quienes están debajo de esta cifra son considerados limítrofes o poco inteligentes. Los que superan el IQ de 100 son considerados inteligentes y hasta “genios”, según el puntaje.
El hallazgo de este estudio es un misil para la sociedad Mensa, que agrupa a personas de todo el mundo con coeficiente intelectual mayor que 148, pues con cierta arrogancia han construido su agrupación en medidas infundadas.