huaico amboExpresa el científico Elmo León quien pronto publicará en Estados Unidos su libro “Paleoclima de las civilizaciones Andina y Mesoamericana”, que da luces sobre cómo encarar el problema.

Adiferencia de las dudas y el desconcierto con el que los organismos especializados aguardan el fenómen El Niño, los antiguos peruanos conocían perfectamente cómo preverlo y tomaban sus providencias para que no los sorprenda desprevenidos y causara los desastres, mayormente en el norte y sur de nuestro país.

“Varias de las culturas del antiguo Perú conocían esa aproximación al observar, por ejemplo, la aparición o la presencia de determinadas aves marinas migratorias así como de especies del mar”, expresó el arqueólogo y especialista en prehistoria Elmo León, quien pronto publicará, gracias al auspicio de la Universidad de Iowa en Estados Unidos, su libro “Paleoclima de las civilizaciones Andina y Mesoamericana”.

“Ante la aparición de El Niño la gente se desplazaba y sus asentamientos los levantaban entre 500 y 600 metros sobre el nivel del mar, también sus campos de cultivo los hacían en zonas más altas”, refiere.

Según el científico, actualmente la temperatura del agua del mar de las costas peruanas está por encima de lo normal, por lo que existe la posibilidad de tener un Niño fuerte que “ya empezó y seguirá subiendo hasta aproximadamente octubre y tendrá un impacto global por lo que se denomina ENSO, que significa oscilación del sur, y luego descenderá y podría aparecer el fenómeno de La Niña que es lo contrario al Niño”.

“Los ENSO que son niños más fuertes, según crónicas históricas científicas, inundaron Tacna ocho mil años antes de Cristo, Casma mil 200 años AC y provocaron el colapso de los Mochica 600 años después de Cristo y el desplazamiento de los Chimú”

Explica, asimismo, que los fenómenos El Niño tienen más de tres millones de años y en nuestro territorio se presentan desde hace catorce mil años, es decir desde que apareció el hombre en lo que hoy es el Perú, aunque en forma intensa desde hace 5 mil 800 años. “En los últimos años los Niños fuertes se presentaron en los años 72, 82, 83, 97 y 98 y el de ahora podría ser parecido”.

Expresa que el actual Niño, por las ondas Keller, se genera en India, Indonesia, Nueva Zelanda hasta llegar a nuestro país y a Colombia, Ecuador y Chile y aunque los Niños se producen cada 12 y 14 años, tiene relación con los cambios climáticos que se han presentado a lo largo de la historia.

Antiguos peruanos supieron enfrentar fenómeno El Niño

FALTAN CONTROLES
Señala que para hacer frente al Niño hace falta una buena regionalización sabiendo que las zonas más afectadas son Tumbes, Piura “donde tendría que haber una estación de control oceanográfico y otra en el Altiplano. Lamentablemente en cuanto a ciencias atmosféricas estamos muy atrasados; también se necesita una participación mucho más activa de Defensa Civil y de la población en prevención de desastres. Parece que no tuviéramos Estado, cuando en el caso de Piura hay un excelente canon petrolero; lamentablemente no hay una verdadera descentralización, Lima sigue siendo todo”.

Próximo a integrarse como investigador del famoso Instituto Smithsoniano de Estados Unidos, León refiere que los fenómenos El Niño afectan la alimentación, la salud y el ambiente de los pobladores, lo que en muchas oportunidades ha causado migraciones.

“Hay productos alimenticios aparte de la agricultura, del mar peruano que se alejan de las costas, como el bonito y el jurel, para dar paso al perico y a los langostinos. También con el incremento de las temperaturas en el norte y la Amazonía aparecen bacterias y plagas como el dengue y otras que afectan la salud, mayormente de los más humildes”, señala.

León lamenta que no haya una buena respuesta del Estado frente a estos fenómenos climatológicos. “Pareciera que no hay mayor interés, porque falta educación y mayor información a la población sobre las medidas que deben adoptarse. En el sur, por ejemplo, que siempre ha sido árido, y en el norte de Chile, por las sequías de El Niño, tienen sus rutas migratorias, la gente se va de determinadas zonas difíciles en busca de manantiales y cuando pasa el fenómeno regresa”.

El científico refiere que en la historia existe un denominado silencio arqueológico, que tendría que ver con un fuerte cambio climático, que sucedió entre los años 7,000 AC hasta el 2,800 AC. cuando las aguas del lago Titicaca descendieron considerablemente y cuando volvieron a su cauce normal floreció la agricultura y aparecieron especies nutritivas como quinua, kiwicha, cañihua y otras, “claro que antes existían pero en forma primitiva”.

“Hay que entender que en un medio más hostil como es el sur, que obliga a desplegar mayores esfuerzos, los humanos son más laboriosos y creativos; en cambio en el norte, podría ser por el intenso calor, son más laxos.”

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Finalmente hace referencia al cambio climático que se presentó en varias oportunidades que ahora se origina por las emisiones de CO2 o dióxido de carbono mayormente de las industrias que contaminan la atmósfera. “Sin embargo también se produjeron fenómenos parecidos por la tala de árboles como el algarrobo que se usó como combustible lo que causó el colapso de la cultura Nasca por lo que tuvieron que emigrar a Ayacucho y el Altiplano”, concluye.

Elmo explica asimismo que los fenómenos El Niño tienen más de tres millones de años y en nuestro territorio se presentan desde hace catorce mil años, es decir desde que apareció el hombre en lo que hoy es el Perú, aunque en forma intensa desde hace 5 mil 800 años. “En los últimos años los Niños fuertes se presentaron en los años 72, 82, 83, 97 y 98 y el de ahora podría ser parecido”.

Denis Merino
Diario UNO, 16.08.2015