El aceite de oliva ayuda a desactivar genes relacionados con enfermedades
Un estudio realizado por la Universidad de Córdoba, España, indica que el aceite de oliva ayuda a desactivar los genes que desencadenan diversas enfermedades, como los males cardiacos, la artritis y otros desórdenes crónicos.
Un estudio realizado por la Universidad de Córdoba, España, indica que el aceite de oliva ayuda a desactivar los genes que desencadenan diversas enfermedades, como los males cardiacos, la artritis y otros desórdenes crónicos.
Los investigadores identificaron unos 100 genes cuya actividad inflamatoria es desactivada gracias al consumo de aceite de oliva, en especial, el aceite de oliva extravirgen.
Para el estudio, publicado en la revista BMC Genomics, analizaron a 20 pacientes con síndrome metabólico que los hace proclives a desarrollar males cardiovasculares y dos tipos de diabetes, a quienes les indicaron consumir sus alimentos del desayuno cubiertos con dos tipos de aceite de oliva, uno normal, que tiene contenido bajo de fenoles (antioxidantes naturales) y el otro extravirgen, cuyo contenido de fenoles es alto.
Los voluntarios debieron abstenerse de consumir fármacos, vitaminas y otros suplementos durante seis semanas antes del inicio del estudio.
En los pacientes que consumieron el aceite extravirgen identificaron 98 genes relacionados al desencadenamiento de enfermedades, los cuales fueron suprimidos, señaló el doctor Francisco Pérez Jiménez, de la Universidad de Córdoba. Parte de estos genes desactivados estimulan procesos inflamatorios, que estimulan la aparición de enfermedades, por lo cual los estudiosos creen que la dieta guarda relación con la activación o desactivación de las células inmunológicas.
El aceite de oliva contiene grasas omega-6, que son poliinsaturadas, con conocida acción para bloquear la respuesta del cuerpo a la inflamación en enfermedades crónicas como los males cardiacos y la artritis, lo cual este estudio explica en la acción evidenciada en los genes.
Otros estudios indican que la dieta mediterránea (que incluye aceite de oliva) mejoraría la función cardiovascular y la flexibilidad de las células que recubren las paredes de los vasos sanguíneos, particularmente en el corazón y el sistema circulatorio.
En el mundo Grecia ocupa el primer lugar en consumo de aceite de oliva, seguida por los países europeos del Mediterráneo.
Para el estudio, publicado en la revista BMC Genomics, analizaron a 20 pacientes con síndrome metabólico que los hace proclives a desarrollar males cardiovasculares y dos tipos de diabetes, a quienes les indicaron consumir sus alimentos del desayuno cubiertos con dos tipos de aceite de oliva, uno normal, que tiene contenido bajo de fenoles (antioxidantes naturales) y el otro extravirgen, cuyo contenido de fenoles es alto.
Los voluntarios debieron abstenerse de consumir fármacos, vitaminas y otros suplementos durante seis semanas antes del inicio del estudio.
En los pacientes que consumieron el aceite extravirgen identificaron 98 genes relacionados al desencadenamiento de enfermedades, los cuales fueron suprimidos, señaló el doctor Francisco Pérez Jiménez, de la Universidad de Córdoba. Parte de estos genes desactivados estimulan procesos inflamatorios, que estimulan la aparición de enfermedades, por lo cual los estudiosos creen que la dieta guarda relación con la activación o desactivación de las células inmunológicas.
El aceite de oliva contiene grasas omega-6, que son poliinsaturadas, con conocida acción para bloquear la respuesta del cuerpo a la inflamación en enfermedades crónicas como los males cardiacos y la artritis, lo cual este estudio explica en la acción evidenciada en los genes.
Otros estudios indican que la dieta mediterránea (que incluye aceite de oliva) mejoraría la función cardiovascular y la flexibilidad de las células que recubren las paredes de los vasos sanguíneos, particularmente en el corazón y el sistema circulatorio.
En el mundo Grecia ocupa el primer lugar en consumo de aceite de oliva, seguida por los países europeos del Mediterráneo.