La OPS debe dejar su nefasta injerencia en la salud peruana
El Comercio cuestiona otra vez al Minsa por el uso de la ivermectina como tratamiento contra el coronavirus COVID-19, pese a la contundente evidencia de sus beneficios.
Foto: Robert Koch Institut
¿Qué es curar una enfermedad?
Prácticamente todas las enfermedades son curables en su fase inicial. Cuando una enfermedad no se trata o cuando se trata tardíamente y avanza, puede llevar a la muerte y los daños pueden ser de moderados a graves, con secuelas que en ciertos casos pueden ser discapacitantes.
Por ejemplo, la tuberculosis tiene cura con drogas antituberculosas y una buena alimentación en su fase inicial. Cuando se ha dejado que avance, las lesiones formadas pueden haber destruido parte importante de los pulmones u otros órganos atacados e incluso puede requerirse cirugía y otras medidas para aliviar al paciente. Las drogas antituberculosas eliminan al bacilo de Koch, pero no hay medicamento que repare las secuelas dejadas en los tejidos (fibrosis, cavidades, bronquiectasias, osteomielitis, etc.). En estos casos graves habrá una recuperación paulatina, pero es probable que el paciente nunca regrese a la normalidad. Si un tuberculoso deja a la enfermedad llegar a un estado gravísimo, incluso el tratamiento podría no surtir efecto y tendremos la muerte.
De forma mucho más veloz, el coronavirus ataca no sólo a los pulmones sino a otros órganos y sistemas completos, como el nervioso y el circulatorio. Una correcta dosis de ivermectina es capaz de eliminar el virus desde 48 horas a cinco días, pero depende de cuánto avanzó la enfermedad para que el paciente obtenga bienestar. En los casos más graves, al igual que en una tuberculosis grave, los médicos dudan de una recuperación completa, aunque observan progresos paulatinos. Un caso que se dejó avanzar hasta un estado muy grave puede significar la muerte.
La OPS
“No existe a día de hoy un tratamiento validado y comprobado para COVID-19. En el caso de la ivermectina, por lo tanto, la OMS/OPS no está recomendando su uso […] en algunas situaciones la OPS/OMS ha sido alertada sobre el uso de formulaciones veterinarias en seres humanos y eso puede tener consecuencias muy graves”, dijo a El Comercio Sylvain Aldighieri, jefe de Incidentes de la OPS, cita en ese medio el comunicador Collave.
Como ya hemos visto más arriba, la enfermedad por el coronavirus COVID-19 (SARS-CoV-2) puede ser superada, pero como toda enfermedad que puede ser mortal, no hay que dejar que progrese.
Hay que recordar que la OPS no es el juez supremo en salud y su reputación es cuestionable. En el Perú, esta organización es responsable de haber propagado la tuberculosis multidrogorresistente, cuando durante la dictadura fujimorista, contra la opinión de los galenos peruanos, propuso modificar la secuencia de los tratamientos estándar que probadamente erradicaban la enfermedad y estas modificaciones fueron impuestas por Fujimori. Esta modificación hizo que el bacilo de Koch adquiera resistencia y propague la forma multidrogorresistente que hoy lamentamos y cobra muchas vidas. De modo que no porque la OPS diga algo hay que creer a pie juntillas.
La ivermectina veterinaria es lo mismo que la humana, pero en concentraciones diferentes, pero en caso de no haber ivermectina para humanos, un médico o químico farmacéutico puede utilizar la conversión adecuada para indicar la dosis correcta
En cuanto a los efectos secundarios, la ivermectina empleada desde la década de los 70 (mas de 50 años de uso) es uno de los medicamentos más nobles, no hay evidencia de toxicidad que son el tipo de efectos secundarios más serios que podría traer un fármaco. Lo que puede suceder son problemas gastrointestinales como diarrea o midriasis (dilatación de las pupilas), muy raros casos de uveítis lo cual usualmente revierte a medida que termina el efecto del fármaco. Es decir, son efectos menores y pasajeros, por ello se puede administrar incluso a bebés.
Resulta absurdo que para alarmar Collave cite a un mal uso del fármaco, como la ivermectina veterinaria que administraron evangélicos a peruanos de la Amazonía, desesperados por el abandono de la autoridad sanitaria pues cualquier medicamento administrado en dosis indebidas puede traer problemas. Hay que pensar más antes de escribir.
En resumen, quienes dicen que no está probada la eficacia de la ivermectina contra el coronavirus mienten, pues la evidencia clínica es irrefutable y muy abundante. Al día de hoy en el Perú hay 248,746 personas infectadas y recuperadas de esta enfermedad desde el inicio de la pandemia, muchos de los cuales recibieron ivermectina y podrían haber sido más si se hubiese empleado antes.
La Medicina
Algunos comunicadores, como Collave, quieren hacer creer que la Medicina se circunscribe únicamente a estudios financiados por transnacionales farmacéuticas millonarias, cuando esta ciencia es mucho más que eso. La Medicina es evidencia clínica de milenios y actual, a la cual se han incorporado en la edad moderna estudios científicos, los cuales además pueden también ser cuestionables y dirigidos hacia ciertos intereses. Muchas veces estudios de ciertos laboratorios han sido desestimados por otros estudios. Además, todo buen médico está en capacidad de realizar un estudio científico, no necesita estar inscrito en Concytec o figurar en revistas médicas, como cree dicho comunicador en otro artículo donde agranda un error en un trabajo del Dr. Aguirre, cuando el galeno no pretendía estar publicando un estudio científico.
La Medicina está llena de ejemplos de tratamientos con evidencia clínica y mucho tiempo después se ha entendido los mecanismos. Por ejemplo, cuando el Perú aportó el uso de la quinina para curar la malaria hace siglos. Con toda la ciencia actual todavía no se entienden muchos mecanismos con los cuales actúan ciertos fármacos, sustancias o alimentos.
Ningún laboratorio millonario financiaría estudios con ivermectina, un fármaco huérfano usado hace 50 años, sobre todo en los países más pobres del mundo como los de África. Su uso contra el coronavirus no volverá rico a nadie, por el contrario, impediría que otros se hagan ricos con otras propuestas farmacológicas, porque no tiene patente y es barato, esto puede explicar las oposiciones infundadas y manipuladas.
Ivermectina y ciencia
La base del uso de la ivermectina contra el coronavirus sí es científica, pero en vitro, a partir de un estudio australiano a principios de este año, que demostró que elimina al virus en 48 horas. Desde entonces en muchos países se ha buscado administrar una dosis conveniente para los pacientes y muchísimos médicos han encontrado las dosis adecuadas. Así que además de un inicio científico se tiene evidencia clínica muy abundante. Algunos médicos han tratado con ivermectina a muchos pacientes, como los entrevistados citados abajo, además de otros que conocemos que han recuperado a miles, eso es la evidencia clínica. Gracias a la ivermectina y la facultad que tienen los médicos de usar su juramento hipocrático del código de ética y deontología se superó en cuestión de días la desgracia de Iquitos, cuya capacidad hospitalaria había sido rebasada por los pacientes con coronavirus.
Por ello es correcta la decisión del Minsa de emplear la ivermectina en una situación tan grave como esta porque es lo más efectivo, barato, al alcance de la mayoría, no existe fármaco que actúe mejor por ahora y su uso es la opción que tienen los médicos responsables.
Hidroxicloroquina
En cuanto a este fármaco, hay evidentemente muchos intereses que se mueven en contra, con estudios a favor y en contra, como los de The Lancet, que dudosamente se puede catalogar como “prestigiosa” revista, por sus idas y venidas en la pandemia.
La gran industria farmacológica con intereses en el remdesivir financió con miles de dólares a un científico estadounidense que terminó lanzándose contra la hidroxicloroquina.
La ciencia indica que la hidroxicloroquina actúa impidiendo que el coronavirus ingrese a la célula, mientras que la ivermectina actúa impidiendo que el virus se replique dentro de la célula, por ello estudiosos como el doctor Antonio Camargo opinan que la combinación de ambos va bien.
De otro lado, la hidroxicloroquina tiene efecto inmunosupresor, por ello se usa en enfermedades como el lupus, donde hay una hiperreacción inmunológica del cuerpo que al final llega a dañarlo. En los pacientes con coronavirus hay hiperreacción inmunológica, la famosa tormenta de citoquinas, por ello muchos galenos ven buenos resultados con la hidroxicloroquina.
El Comercio debería mejorar la calidad de sus contenidos. Hemos visto cómo lanzó una historia de un supuesto científico peruano en China y tuvo que desmentirlo. Este medio no tuvo reparos en pedir millones de Reactiva Perú, pese a que no tuvo que suspender actividades por la emergencia de la pandemia y además despidió a trabajadores. No era ese el espíritu de la norma que aprobó esos fondos de ayuda.
Pero la decadencia parece inexorable, basta ver su edición de este domingo 19 de julio, la cual habla por sí sola, ¿dónde se ha visto un diario que se respete con una portada de esta forma?
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