Juguetes chilenos con veneno
Recién después que las empresas chilenas de Ripley y Saga Falabella han vendido lotes de juguetes con plomo en niveles peligrosos para la salud, de la empresa Mattel Chile S. A., Indecopi anuncia que multarán a las tiendas que no informen sobre sus existencias de esos productos.
Control de calidad: cero
Es decir, tenemos que esperar que se produzca un escándalo en otro país para recién reaccionar. ¿Cuántos niños peruanos ya habrán sufrido las consecuencias en su salud? Como se sabe, el plomo afecta principalmente al sistema nervioso.
En lugar de dar fondos para que Indecopi tenga un bien equipado laboratorio de control de calidad, cómodamente se espera que seres humanos se contaminen, envenenen o mueran porque se da preferencia a la importación de productos sin ningún control de calidad en el Perú.
¿Cuántos juguetes, alimentos o productos chinos, como la pasta de dientes mortal, que se denunció en varios países, estarán comercializándose en el Perú?
Así las cosas, poniendo al comercio o la importación sobre el interés humano, el Perú resulta un paraíso para realizar ganancias fabulosas a costa de la salud o la vida de los peruanos. Comprobamos una vez más que en la práctica la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad no son el fin supremo de la sociedad y del Estado para este gobierno, como manda la Constitución.
Como comprenderá amigo lector, adquirir productos en el Perú es peligroso, puesto que no hay control en la importación.
¿Qué se puede hacer?
Mientras la ciudadanía y el Congreso no exijan la instalación de laboratorios de análisis y presupuestos apropiados, además de la publicación del reglamento de expendio y control de estos productos, que ha quedado dormido tres años hasta que estalle este escándalo, es necesario que tome algunas medidas.
Los niños llevan los juguetes a la boca, lo cual multiplica el poder venenoso de cualquier mal producto. Por lo tanto, de preferencia adquiera productos de marcas nacionales de calidad, europeos y norteamericanos, que se producen con mayor cuidado.
Evite comprar en tiendas chilenas, pues hay muchas denuncias —y sendas multas aplicadas por Indecopi— contra las tiendas chilenas por engañar a los consumidores peruanos. ¿Está usted seguro que por más que busque una marca nacional de calidad, una europea o norteamericana, los vendedores inmorales chilenos no le han cambiado la etiqueta de procedencia o la marca?
En el caso de medicamentos sucede lo mismo, el primer gobierno de García eliminó el control de calidad que realizaba la Dirección General de Medicamentos (Digemid ) de fármacos importados. Para más seguridad, evite comprar en farmacias chilenas, que suelen preferir las medicinas chilenas, y opte por una farmacia nacional formal. Hasta la fecha ese control de la Digemid no ha sido reinstaurado, lo cual nos coloca en un nivel más bajo que algunos países africanos en ese aspecto.
Al momento de elegir la medicina, prefiera laboratorios nacionales, europeos y norteamericanos.
No dude en denunciar cualquier indicio de alteración de las etiquetas, ya sea de procedencia o de la fecha de vencimiento, pues quien eso hace merece que se le apliquen las multas correspondientes, sin perjuicio de la acción penal que se les pueda realizar por atentar contra la salud.
Es decir, tenemos que esperar que se produzca un escándalo en otro país para recién reaccionar. ¿Cuántos niños peruanos ya habrán sufrido las consecuencias en su salud? Como se sabe, el plomo afecta principalmente al sistema nervioso.
En lugar de dar fondos para que Indecopi tenga un bien equipado laboratorio de control de calidad, cómodamente se espera que seres humanos se contaminen, envenenen o mueran porque se da preferencia a la importación de productos sin ningún control de calidad en el Perú.
¿Cuántos juguetes, alimentos o productos chinos, como la pasta de dientes mortal, que se denunció en varios países, estarán comercializándose en el Perú?
Así las cosas, poniendo al comercio o la importación sobre el interés humano, el Perú resulta un paraíso para realizar ganancias fabulosas a costa de la salud o la vida de los peruanos. Comprobamos una vez más que en la práctica la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad no son el fin supremo de la sociedad y del Estado para este gobierno, como manda la Constitución.
Como comprenderá amigo lector, adquirir productos en el Perú es peligroso, puesto que no hay control en la importación.
¿Qué se puede hacer?
Mientras la ciudadanía y el Congreso no exijan la instalación de laboratorios de análisis y presupuestos apropiados, además de la publicación del reglamento de expendio y control de estos productos, que ha quedado dormido tres años hasta que estalle este escándalo, es necesario que tome algunas medidas.
Los niños llevan los juguetes a la boca, lo cual multiplica el poder venenoso de cualquier mal producto. Por lo tanto, de preferencia adquiera productos de marcas nacionales de calidad, europeos y norteamericanos, que se producen con mayor cuidado.
Evite comprar en tiendas chilenas, pues hay muchas denuncias —y sendas multas aplicadas por Indecopi— contra las tiendas chilenas por engañar a los consumidores peruanos. ¿Está usted seguro que por más que busque una marca nacional de calidad, una europea o norteamericana, los vendedores inmorales chilenos no le han cambiado la etiqueta de procedencia o la marca?
En el caso de medicamentos sucede lo mismo, el primer gobierno de García eliminó el control de calidad que realizaba la Dirección General de Medicamentos (Digemid ) de fármacos importados. Para más seguridad, evite comprar en farmacias chilenas, que suelen preferir las medicinas chilenas, y opte por una farmacia nacional formal. Hasta la fecha ese control de la Digemid no ha sido reinstaurado, lo cual nos coloca en un nivel más bajo que algunos países africanos en ese aspecto.
Al momento de elegir la medicina, prefiera laboratorios nacionales, europeos y norteamericanos.
No dude en denunciar cualquier indicio de alteración de las etiquetas, ya sea de procedencia o de la fecha de vencimiento, pues quien eso hace merece que se le apliquen las multas correspondientes, sin perjuicio de la acción penal que se les pueda realizar por atentar contra la salud.
Y recuerde, aunque lo nacional, europeo o norteamericano resulte caro, peor es exponer su salud, nadie se la va a reponer cuando sea tarde.