Sobre Arnaldo Panizo
Estimado Sr. Director:
Acuso de su comentario a mi segunda carta y creo que van saliendo a luz interesantes conclusiones y creo firmemente que en base al dialogo alturado estamos llegando a un buen entendimiento.
Paso a citar textualmente sus preguntas y a responderlas:
1). “…En este último campo, no plantea en las cartas una alternativa de cómo luchar contra los rateros chilenos (y tampoco se sabe que haya optado por combatir a los chilenos empleando una estrategia mejor que la de Cáceres)…”
Respuesta: Ayacucho no era objetivo chileno. Era una plaza perfectamente defendible. Belisario Suárez, en ese entonces Prefecto de Cuzco, iba a atacar a las fuerzas de Panizo por no ser leales a García Calderón y Cáceres previno a Panizo no tomar armas contra él porque las luchas entre hermanos no dan buenos resultados. Irónicamente esto ocurrió en Acuchimay.
No había una alternativa de cómo luchar contra los chilenos si antes no se reúnen a planificar la estrategia. 1881 era una época de reestructuración militar. Se necesitaban reclutas para entrenarlos en el arte de la guerra. Las deserciones eran por ambos bandos (Cáceres y Panizo), el objetivo era unificar los ejércitos para formar uno más fuerte.
La misma respuesta la puede Ud. encontrar una vez que Cáceres entró a Ayacucho después de Acuchimay. Se quedó tres meses reorganizando y entrenando al ejército. No había estrategia y los chilenos tenían a Ayacucho como objetivo militar. Lo más sensato hubiera sido ir directamente a Ayacucho como lo dijo Panizo, a reorganizarse y plantear un frente de acción.
2). “…En lo político, parece que no gustó a Arnaldo Panizo la negativa de García Calderón de ceder territorio alguno a los chilenos; por eso no aceptó su autoridad…”
Respuesta: En Ayacucho no se sabían mucho de las noticias que ocurrían en Lima. Era improbable que Panizo tuviera conocimiento de esta negativa. De lo que sí se tenía pleno conocimiento es que Piérola planteó desde un principio esa misma idea. Es por ello que los chilenos no querían tratar nada con él. Cáceres también criticaba a GC y lo que el ministro Hurburt pregonaba: una paz sin cesión territorial.
“…Me dice Ud. que corre la voz con insistencia de que aquí tratamos de aceptar como gobierno al de la Magdalena y que de ser esto cierto, está usted resuelto, así como los jefes que le obedecen, a retirarse por completo a sus hogares.
Esta decisión de usted y los suyos les honra sobremanera y crea Ud. que semejantes fundamentos carecen de fundamento.
Bien notorio es que al país entero rechaza indignado un gobierno nacido al amparo de las bayonetas enemigas y rodeado de un grupo de malos peruanos que en su obcecación están escarneciendo al Perú en su agonía….” “…Es verdad que el grupo de Lima trabaja para que nos pleguemos al Gobierno de García Calderón, asegurándome que la intervención norteamericana es un hecho, pero que el gobierno americano espera la unificación del Perú, bajo un régimen constitucional, para conseguir de Chile una paz sin cesión de territorio.
Yo bien se que esto es una celada contra la cual es preciso vivir prevenido. Deseche, usted, pues, todo temor a ese respecto y si como usted me dice en sus anteriores, es ineludible la unificación del país, tenemos mejores medios para conseguirlos en la Junta de Gobierno, que como lo tengo dicho, me preocupa vivamente…” (Carta de Cáceres a Panizo. Diciembre 23 de 1881).
Cáceres sí supo del apresamiento de García Calderón y no lo comunicó.
Panizo nunca aceptó desde un principio al Gobierno de García Calderón. Simplemente tenía la convicción que ese era un gobierno títere instaurado por los chilenos para firmar la paz según sus condiciones y Cáceres secundó esa opinión.
El motivo real del por el que Cáceres logró reconocer al gobierno (ya deshecho) de García Calderón fue el fracaso de lograr la junta de gobierno que tanto ansiaba para elegir al Jefe Supremo.
3). “…¿Arnaldo Panizo estuvo entre los que como militar de ejército regular peleó hasta la muerte, estuvo entre los que combatió como flexible guerrillero o estuvo entre los que se enredó en disquisiciones de todo orden que después del incidente de Acuchímay le impidieron combatir a los invasores chilenos mientras otros peruanos sí estaban en la lucha?...”
Respuesta: ninguna de las tres opciones. Muchos no pelearon hasta la muerte. Cáceres siguió vivo. Igual pregunta haría sobre Manuel González Prada, que se enclaustró hasta después de la guerra.
Panizo debió haber llegado a Lima, vía Ica, en julio o agosto de 1882. Cuándo comienza la lucha civil entre Iglesias y Cáceres, ¿Cáceres hubiera solicitado a Panizo su colaboración o viceversa? ¿Panizo se pasó a las filas de Iglesias?
La respuesta es no. Prefirió no tomar participación en el convulsionado clima político que vivía el país y por eso no desmerece las grandes actuaciones que tuvo durante la pasada Guerra del Pacífico ni se menosprecia por el mismo hecho de no haber tomado las armas en un país quebrado moralmente.
En un ambiente de caudillismo donde Iglesias estaba por su lado, Montero por otro, Cáceres por otro y Lima en otra realidad, era previsible deducir que no se sabía por dónde se apuntaba. Mientras, Chile seguía con lo suyo.
Otra respuesta, a manera de anécdota, se la doy por las memorias del hijo del coronel Panizo, el Tnte. Coronel Vidal Panizo Otero, que, al preguntarle a un buen amigo de Cáceres, ya anciano, el por qué tuvo tanto odio a su padre, este le dijo que contestó: “Panizo quiso opacarme”.
Finalizo por enviarle una carta de Panizo en 1886, dirigida al Coronel José La torre*. Léala detenidamente y dígame Ud. si en ella, fechándola al día de hoy, no encierra la gran verdad que hasta ahora nos agobia.
Espero que con esta saga de comunicaciones hayamos sacado algunas conclusiones positivas con respecto a este hecho de armas ocurrido en plena guerra externa, a la vez que el público pueda formarse una idea más objetiva de este punto de la historia y que, al exponerla, se entienda que no desmerece de ninguna forma a la figura del general Cáceres pero que sí reivindica la actuación del Coronel Panizo, exponiendo la verdad de lo sucedido, dentro del contexto real de la historia.
El país necesita urgentemente eliminar divisiones de todo tipo y en esa empresa debemos de conocer más nuestro pasado, con criterio objetivo y sin matices políticos. El asunto entre Cáceres y Panizo es un pequeño punto dentro del gran panorama nacional negativo que involucró a estos dos personajes y que hoy debemos de aprender a no repetirlo. Al margen de algunas discrepancias, ante situaciones de temas que atañen a la defensa nacional, todos, sin importar las filiaciones políticas deberíamos de cerrar filas hacia un solo objetivo y es precisamente el estudio de nuestro pasado que saca a relucir las gruesas fallas que hemos tenido y hasta ahora no aprendemos por el "cáncer" de la pasión política.
Agradeciendo profundamente el espacio concedido en su diario digital y felicitándolos por esa apertura y amplitud de criterio en cada tema expuesto
Quedo de Ud. muy Atentamente,
Juan Carlos Flórez Granda / Director
Sociedad de Estudios Históricos
Coronel Arnaldo Panizo – SEHCAP
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*Ver: Carta de Arnlado Panizo a José de la Torre
Apreciado Señor Carlos Flórez:
Con este intercambio de información se ha dado luces sobre la actuación de personajes de nuestra historia. Ud. expone con claridad los diferentes ángulos de la actuación y conducta del coronel Arnaldo Panizo, como corresponde a su condición de Director de la Sociedad que Ud. dirige.
Asomándose nuevamente nubes negras que contra el Perú dibujan las malas intenciones de Chile, país delincuente, y habiendo peruanos traidores que hacen el juego al enemigo, cuente Ud. en nuestras páginas una tribuna segura en la que su Sociedad, cumpliendo su misión patriótica, contribuya a alertar al Perú sobre el peligro que representan para nosotros los delincuentes que siguen usurpando Arica y Tarapacá, el triángulo de Tacna (32 000 m2) y nuestro mar territorial (37 000 km2). Esperamos sus artículos.