Cada una puede contaminar hasta diez litros de agua. Se calcula que una colilla de cigarrillo contiene más de 8.000 sustancias contaminantes o que pueden reaccionar con otros compuestos del entorno para producir otros más. En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente es importante tomar conciencia de las acciones que realiza la población para evitar seguir dañando el entorno.
Uno de los hábitos que se debe prestar atención por los efectos que causa es el consumo de cigarro, el cual no solo afecta a la salud de quien consume, sino además a los que aspiran el humo. No obstante, también genera severos daños al ambiente, ya que la combinación de los componentes de la colilla de cigarro hace que su tiempo de degradación oscile entre uno y diez años, señaló la Dra. María Quintana, jefa de la Carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, resaltó que el humo de tabaco libera productos cancerígenos para el ser humano, pero también es preocupante la baja biodegradabilidad de los componentes de la colilla de cigarro. “El principal problema se origina porque la materia prima para su fabricación es el acetato de celulosa, un plástico que tarda diez años en deshacerse”, enfatizó.
Asimismo, contiene nicotina, uno de los químicos más fuertes encontrados en el humo del tabaco, ácido cianhídrico, formaldehído, plomo, arsénico, amoniaco, hidrocarburos aromáticos policíclicos, monóxido de carbono, entre otros.
La Dra. María Quintana comentó que se estima que una colilla de cigarrillo contiene más de 8.000 sustancias contaminantes o que pueden reaccionar con otros compuestos del medio para producir contaminantes. Asimismo, cada 300 cigarrillos fabricados equivalen a la tala de un árbol. Esta deforestación es un factor del cambio climático, ya que se pierden árboles que eliminan el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.
Mencionó que se estima que las colillas de cigarrillo suponen ya el 30% de la basura mundial, por delante de los plásticos y envases, y en algunas zonas implican un alto riesgo medioambiental porque llegan a los ríos o canales que conectan directamente con el mar sin ningún tipo de mediación de depuradoras. Se calcula además que cada colilla puede contaminar hasta diez litros de agua.
“Durante su periodo de degradación suelta pequeñas fracciones de papel, de hebras de tabaco o del acetato de celulosa que conforma las fibras de los filtros (un material plástico). Por ejemplo, de encontrarse en el mar, pueden ser ingeridas por animales acumulándose en su estómago con peligro no solo para su salud, sino también de que pasen a la cadena trófica”, reveló la jefa de la Carrera de Ingeniería Ambiental de la UPCH.
De acuerdo con los cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca de 10 mil millones de colillas de cigarrillos son arrojadas a la basura diariamente. Asimismo, estudios recientes demuestran que la mayoría de los productos tóxicos del tabaco quedan adheridos a la colilla, por tanto, no basta con aplastarla o pisarla, tampoco botarla en la papelera o tachos de basura.
Cabe precisar que el humo de tabaco es un gran problema de salud pública debido a los efectos que genera en el corto y largo plazo. El INEN reporta que cerca de 16,700 peruanos mueren al año por diferentes enfermedades relacionadas con su consumo, entre ellas el cáncer, que en la actualidad es la segunda causa de muerte en el país.