En los últimos 10 años las exportaciones peruanas pasaron de representar del 0.11% al 0.25% de las importaciones mundiales, lo que sin lugar a dudas es un avance que nos debe alentar, sin embargo, en opinión del presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), Eduardo Amorrortu, es una participación muy reducida en relación al potencial que tiene el Perú y es mucho más limitada si sólo se consideran los productos No Tradicionales.
“El Perú ha tenido un periodo de más de 10 años de relativa estabilidad económica y social. Si bien el comercio exterior creció en los últimos años de manera acelerada, lo cierto es que aún está en una etapa inicial de despegue y es incipiente”, manifestó.
Refirió que si el objetivo es desarrollar una oferta más sofisticada, de mayor valor agregado y de mayor escala, como lo ha indicado el presidente de la Republica, Ollanta Humala y como ADEX lo ha venido sosteniendo desde su creación hace casi 40 años, se necesitan medidas adicionales.
En el 2012 el 59% de las exportaciones peruanas tuvieron como destino los países desarrollados que adquirieron principalmente materia prima que transformaron para luego reexportarla como productos de mayor valor agregado. En el caso de las No Tradicionales los principales compradores fueron las economías en crecimiento.
“Fueron estos países (en desarrollo) los que concentraron el 56% de los No Tradicionales. Si solo nos referimos a los países de América Latina ese porcentaje es de 46% y si miramos solo a América del Sur vemos que concentra el 40%. Esto nos indica que existen grandes posibilidades tanto en la región, como con otros países en desarrollo de otros continentes”, aseveró.
Más valor agregado, menos pobreza
Añadió que para desarrollar empresas que elaboren bienes más sofisticados tecnológicamente, se requiere un amplio horizonte de tiempo no menor a los 20 años. “Todo ello creará un círculo virtuoso que promoverá la inclusión y permitirá generar miles de puestos de trabajo sostenidos y de calidad, lo que contribuirá a reducir significativamente la pobreza”, comentó Amorrortu.
Puntualizó que queda claro que más que un problema de falta de mercados, lo que se tiene es una oferta exportable muy limitada, por lo que urge acelerar las medidas que permitan mantener un ambiente favorable en el que se desarrolle la actividad empresarial, promover las inversiones de largo plazo, mejorar nuestra competitividad y continuar con una alta tasa de crecimiento económico.
Entre las medidas que mencionó se encuentran importantes reformas de segunda y tercera generación como la modernización de los organismos públicos descentralizados, la estabilidad jurídica, laboral y tributaria, la reducción de los trámites burocráticos y de la brecha de la infraestructura, así como impulsar la innovación, educación y el desarrollo tecnológico.