En protesta por la importación de textiles subvaluados de la China, que ingresan en competencia desleal, los empresarios de la zona comercial de Gamarra pararon ayer y marcharon exigiendo acción del gobierno.
Su medida fue respaldada por sus colegas de Villa El Salvador, Huaycán y Lima Norte, y se dirigieron a la Presidencia del Consejo de Ministros a demandar poner fin a la importación indiscriminada de ropa china subvaluada que quita el empleo a los peruanos del sector textil.
Ante la desinformación que publica que los comerciantes nacionales buscan proteccionismo, el dirigente Diógenes Alva rechazó tales cometarios irresponsables y explicó que el problema no es el ingreso de textiles chinos, sino, sus precios subvalorados, que no tienen sustento en el mercado internacional.
Además, subrayó que las confecciones chinas son de baja calidad, pero son adquiridas por las tiendas por departamentos.
Según indican los empresarios, el Estado pierde unos 500 millones de dólares anuales por las importaciones de prendas chinas subvaloradas, de los cuales el 40%, 200 millones, es perdido directamente por los comerciantes, textiles, hilanderos y otros empresarios de Gamarra.
Recordaron que ellos advirtieron desde hace años sobre estas importaciones, que crecen sin medida. En 2005 ingresaron 2,500 toneladas de ropa asiática, no obstante, para el 2012 tal cantidad creció hasta las 47,000 toneladas, lo cual está pasando factura a la manufactura nacional. En este contexto, también entre el 2005 y el 2012, aseguran, se han perdido 30 mil empleos.
Los empresarios gamarrinos también protestan por la falta de eficiencia de la Sunat, institución que tiene a su cargo el control aduanero, y cuestionaron que permitan por ejemplo la presencia de las infames “culebras”, como se conoce a las caravanas de camiones de contrabando.
No los recibieron en la PCM
La indignación de los manifestantes creció cuando tras su marcha a la presidencia del Consejo de Ministros no fueron recibidos por esta institución y sólo les sellaron su escrito.
Como se sabe, en la China existen muchas empresas que mantiene a sus trabajadores en condiciones de semiesclavitud, sin derechos laborales, sin que ninguna institución certifique la procedencia de los productos para garantizar que se cumplan los estándares laborales y de calidad internacionales.