Agricultores chilenos en el Perú

Investigar el peligro


Tiempo atrás un canal de televisión de Lima transmitió un reportaje sobre inversiones de chilenos en el agro peruano. En forma silenciosa estaban comprando tierras y explotándolas. Recordamos que por lo menos en un caso se vio que se habían tomado el trabajo de cercar completamente el terreno de cultivo, asegurado, además, con puerta de fierro.


El hecho de que chilenos o, en general, extranjeros compren tierras agrícolas habla mal de las políticas del estado peruano en lo concerniente a fomento de la agricultura y apoyo a los agricultores peruanos. En el caso particular de los chilenos, a quienes el presidente Alan García no se cansa de invitar a que vengan al Perú, hay otras razones que obligan a examinar con cuidado la presencia de tales inversionistas que adquieren terrenos de cultivo.

Lo primero es que se trata de personas que vienen de Chile, país enemigo del Perú, y bien podrían estar actuando de modo tal que los resultados de su actividad sean adversos a los agricultores peruanos y al Perú. Una cosa es un turista chileno que viene y se va, y otra es un chileno que compra parte del territorio peruano. Ya sabemos lo que pasó a los bolivianos por permitir que los inversionistas chilenos trabajen en su litoral.. ¡se lo robaron!

Con estos antecedentes, el estado chileno, a partir de la propiedad chilena de tierras en suelo peruano, puede alegar derechos de territorialidad en el Perú, y crear un buen pretexto para sentirse con derecho de tener opinión o intervenir en la forma en que los peruanos conducimos nuestro país.

Para investigar. Aparte de esta visión de peligro o amenaza para el Perú, hay aspectos que debemos averiguar —encargo para el Congreso de la República— con el fin de que podamos saber a ciencia cierta qué representa la incursión de chilenos en la agricultura peruana. Mencionamos dos puntos:

1) La compra. Importa mucho saber si en cada lugar donde están los chilenos compraron de una sola vez las tierras que ahora poseen o si, habiendo comprado inicialmente determinada área, adquirieron después las colindantes. Si lo que ha habido es la compra sucesiva de un segundo o tercer terreno, es necesario saber cómo ocurrió eso. Podría ser que hayan comprado un primer terreno bien ubicado respecto del suministro de agua, y luego —por ejemplo haciendo bajar la napa freática al perforar pozos más profundos que los antes existentes— hayan obligado a vender a los dueños de los terrenos colindantes. Entonces, es necesario averiguar compras sucesivas y profundidades de pozos.

2) La producción. Un agricultor debe ser leal a la tierra que cultiva y al país en que vive. En este sentido, sí nos interesa saber qué pasa con la producción agrícola de los chilenos que tienen tierra en el Perú. Lo leal y normal sería que los productos agrícolas se vendan para consumo interno del Perú o para exportarlos debidamente envasados o presentados como producto peruano que son. Si esto no ocurre, si los chilenos en vez de obtener su ganancia y darnos ganancia están exportando a Chile, la situación sería gravísima para nuestros intereses, porque al exportar a Chile (o sea un chileno produce en el Perú y exporta a Chile) sin envasar o transformar no sólo nos están privando de obtener valor agregado para nuestra economía sino que también nos están dejando con menos puestos de trabajo.

A lo anterior añadimos que vender productos agrícolas peruanos a Chile para que ese país los reexporte es contrario a los intereses del Perú, porque así Chile fortalece su posición de exportador agroindustrial, en perjuicio directo del Perú.

En mercados como los de Estados Unidos están apareciendo frutas exóticas peruanas (que no se producen en las tierras chilenas) con etiquetas chilenas, con lo cual Chile se está aprovechando para obtener una buena fama productora que no tiene, pues sus agrestes y frías tierras tienen escasa variedad. No podemos permitir que se siga parasitando la biodiversidad peruana, que con su gran variedad de climas y suelos es una de las más ricas del mundo.

Si un producto se produce en el Perú y se exporta, la etiqueta debe consignar con claridad que se trata de un producto originario de nuestro país. La legislación debería contemplar costosas multas para disuadir no sólo a chilenos, sino a piratas de cualquier país de atreverse cometer este tipo de fechorías.

Estos aspectos son tan nefastos como vender hidrocarburos a Chile, sabiendo que puede atacarnos militarmente utilizando combustible peruano.

Es necesario que este asunto sea materia de análisis e investigación. Si se comprueba que los agricultores chilenos han comprado terrenos sucesivos obligando a los agricultores peruanos a vender sus tierras, o si están exportando a Chile tal como indicamos en el punto 2), se hace urgente poner en práctica medidas que aseguren que la actividad agrícola favorezca al Perú y no a un país enemigo, y que acá el estado proteja a los agricultores peruanos de la codicia y deslealtad de posibles agentes del enemigo disfrazados de agricultores.

No podemos abrir las puertas de nuestro país ciegamente para que actúen contra los intereses de los agricultores peruanos y del Perú. Los chilenos deben llegar al Perú solamente como turistas, gente de paso, no para tomar control de sectores importantes de nuestra economía con el fin de fortalecer al país enemigo que los envía y, procediendo con máxima deslealtad, debilitar al Perú. Los agricultores chilenos deben irse del Perú, que trabajen en su país. ¡Protejamos al agricultor nacional!