Economía capitalista: punto de quiebre

Por Humberto Campodónico

Para tener una visión de conjunto de la actual crisis económica es indispensable acudir a los análisis de largo plazo, como los de Immanuel Wallerstein, autor de “El moderno sistema mundial”, libro que desarrolla un análisis exhaustivo de la “economía mundo”, que para él comienza en el siglo XVI y va hasta nuestros días.


En un artículo reciente, Wallerstein dijo que la actual crisis podía definirse como una depresión de grandes proporciones, la que trató de ser ocultada por las autoridades gubernamentales a través de medidas, fiscales primero, monetarias después, que dieron origen a las grandes burbujas financieras. Pero, ahora, “hemos llegado al momento en que estas medidas han encontrado sus límites intrínsecos, como lo constatan amargamente las autoridades. Y esta vez no va a ser tan fácil evitar lo peor; quizá sea imposible” (1).

Wallerstein se refiere a que habríamos llegado al punto de quiebre del carácter cíclico del capitalismo, es decir, a una fase de auge le sucede una de recesión y así sucesivamente. Lo normal es que si ahora estamos en la fase de bajada, dentro de uno o dos años comience nuevamente la subida. Pero no estamos dentro de “lo normal”.

Para Wallerstein, partidario del enfoque de los ciclos largos de Kondratiev y Schumpeter, la fase de bajada del ciclo largo que estamos atravesando lleva ya más de 35 años. Se creía que las nuevas tecnologías de la información y del conocimiento (TIC o, también, la “nueva economía”) proveerían las bases de un nuevo ciclo largo de crecimiento que nos lleve a una sociedad post industrial. Pero ahora se ve, de un lado, que estas innovaciones no tuvieron la fuerza suficiente. Y, de otro, que los costos de la acumulación ya no pueden ser soportados como antes por las economías centrales.

Por ello, dice Wallerstein: “Lo que diferencia esta fase de la sucesión ininterrumpida de ciclos coyunturales anteriores es que el capitalismo ya no está “haciendo sistema”, en la definición del Premio Nobel Ilya Prigogine: cuando un sistema biológico, químico o social se desvía demasiado, y demasiado frecuentemente, de su situación de estabilidad, ya no puede reencontrar el equilibrio. En ese momento, asistimos a una bifurcación”.

Y agrega: “La situación se vuelve caótica e incontrolable para las fuerzas que la dominaban hasta entonces y por eso surge una lucha, no entre los partidarios y los adversarios del sistema, sino entre todos los actores para determinar qué lo va a reemplazar. Yo uso la palabra “crisis” para este tipo de periodo. Y ahora estamos en crisis. El capitalismo llega a su fin” (2).

El planteamiento de Wallerstein es, ciertamente, provocador. Nos dice que el capitalismo, como antes otros sistemas de organización social, podría ser reemplazado por otro sistema. ¿Cuál? “Creo que es igualmente posible que se instale un sistema de explotación, caramba, aún más violento que el capitalismo y, también, que se erija un modelo más igualitario y redistributivo”.

Wallerstein termina diciendo que esto no es para mañana y que el “nuevo orden” llegaría de aquí a 20 o 30 años. Mientras, “nos estamos moviendo hacia un mundo proteccionista (olvídense de la llamada globalización) y una mayor ingerencia del Estado en la producción. Estamos yendo hacia una redistribución dirigida por los gobiernos que puede tomar una forma socialdemócrata de centro izquierda o una autoritaria de centro derecha. Y también tendremos agudos conflictos sociales dentro de los países, pues todos compiten por una torta más pequeña. En el corto plazo, no es, para nada, una foto bonita”.

(1) La depresión: una visión de largo plazo, www.monthlyreview.org/mrzine/wallerstein161008.html, 16/10/08
(2) El capitalismo llega a su fin, Le Monde, 11/10/2008.
www.lemonde.fr/archives/article/2008/10/11/le-capitalisme-touche-a-sa-fin_1105714_0.html

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