Precio del oro: ¿el cielo es el límite?
Por Humberto Campodónico
La burbuja especulativa de los precios de las materias primas se pinchó en agosto del 2008. Una a una cayeron de las alturas el petróleo, el maíz, el trigo y la soya, así como el cobre, el zinc y el plomo. Lo mismo le sucedió al oro, que bajó de US$ 970/onza en julio pasado hasta US$ 720/onza a mediados de noviembre.
Fuente: World Gold Council, www.gold.org La República
Pero el oro se recuperó y desde entonces ha subido casi ininterrumpidamente hasta arañar la barrera psicológica de US$ 1,000/onza hace pocos días. Algunos dicen que esto se debe a las compras de los hedge funds (fondos de cobertura). Otros señalan que el alza va a ser solo temporal porque ya disminuyó la demanda de joyas en los principales mercados: India y China.
La explicación más convincente tiene que ver, sin embargo, con el hecho de que el oro es reserva de valor y la gente lo busca como activo de refugio. Hace menos de 100 años también tenía otras funciones: era el equivalente general de medición del valor de las mercancías, a la vez que ejercía las funciones de moneda.
No solo eso. Hasta 1970 el sistema monetario internacional seguía ligado al precio del oro, pues EE. UU. garantizaba que su precio se mantendría en US$ 35/onza. Este acuerdo de Bretton Woods firmado en 1944 fue roto por Nixon en 1971 y, desde allí, el oro ya no tiene una función monetaria. Pero la función de reserva de valor no la ha perdido, lo que se manifiesta con fuerza en tiempos de crisis.
En efecto, al analizar la demanda de oro del 2008 y las proyecciones del 2009 del Consejo Mundial del Oro, se aprecia que disminuye el uso del oro para joyería, industrias e inversiones físicas en moneda y barras. Pero aumenta la demanda de los fondos de inversión en oro, principalmente el Exchange Trading Fund (ETF, 121%), así como de los fondos de cobertura (hedge funds, en 305%) y, también, de los bancos centrales, sobre todo de Rusia.
Pero aquí viene la novedad. Dice Julian Phillips de Global Watch que desde diciembre las compras de los ETF han aumentado a un ritmo impresionante y, al 17 de febrero, han llegado a 244 millones de toneladas (MMT). Así la nueva proyección para los ETF ya no es de 678 MMT sino 1,355 MMT (news.goldseek.com/GoldForecaster/1235575485.php).
Por tanto, la oferta proyectada para el 2009 de 3,493 MMT no podría satisfacer el aumento de la demanda, pues la nueva producción de las minas no puede aumentar. Solo quedaría que los bancos centrales vendan más oro que el proyectado y que aparezca mucha oferta de oro-chatarra, lo que es difícil. También dice Phillips que el FMI no puede vender su oro rápidamente, pues necesita el sí del Congreso de EE. UU.
Así, algunos analistas dicen que la demanda de los ETF no constituye una burbuja, por lo que pronostican un continuado aumento hasta US$ 2,000/onza. Agregan, además, que ahora viene el turno de invertir en las acciones de las empresas mineras, cuyos precios están bajos.
Dicho esto, un precio que actualmente supera en más de 4 veces el costo de producción promedio sí está formando una burbuja, aunque los analistas digan lo contrario. Si bien el oro sigue siendo reserva de valor, es un error decir que se puede quedar “pegado al techo” por un tiempo largo. Más temprano que tarde, volverá a su nivel. Eso no quita que sea muy revelador que toda la parafernalia instrumental actual no pueda superar los miedos atávicos y se siga refugiando en un metal que, finalmente, es solo eso. Un metal.
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com
La explicación más convincente tiene que ver, sin embargo, con el hecho de que el oro es reserva de valor y la gente lo busca como activo de refugio. Hace menos de 100 años también tenía otras funciones: era el equivalente general de medición del valor de las mercancías, a la vez que ejercía las funciones de moneda.
No solo eso. Hasta 1970 el sistema monetario internacional seguía ligado al precio del oro, pues EE. UU. garantizaba que su precio se mantendría en US$ 35/onza. Este acuerdo de Bretton Woods firmado en 1944 fue roto por Nixon en 1971 y, desde allí, el oro ya no tiene una función monetaria. Pero la función de reserva de valor no la ha perdido, lo que se manifiesta con fuerza en tiempos de crisis.
En efecto, al analizar la demanda de oro del 2008 y las proyecciones del 2009 del Consejo Mundial del Oro, se aprecia que disminuye el uso del oro para joyería, industrias e inversiones físicas en moneda y barras. Pero aumenta la demanda de los fondos de inversión en oro, principalmente el Exchange Trading Fund (ETF, 121%), así como de los fondos de cobertura (hedge funds, en 305%) y, también, de los bancos centrales, sobre todo de Rusia.
Pero aquí viene la novedad. Dice Julian Phillips de Global Watch que desde diciembre las compras de los ETF han aumentado a un ritmo impresionante y, al 17 de febrero, han llegado a 244 millones de toneladas (MMT). Así la nueva proyección para los ETF ya no es de 678 MMT sino 1,355 MMT (news.goldseek.com/GoldForecaster/1235575485.php).
Por tanto, la oferta proyectada para el 2009 de 3,493 MMT no podría satisfacer el aumento de la demanda, pues la nueva producción de las minas no puede aumentar. Solo quedaría que los bancos centrales vendan más oro que el proyectado y que aparezca mucha oferta de oro-chatarra, lo que es difícil. También dice Phillips que el FMI no puede vender su oro rápidamente, pues necesita el sí del Congreso de EE. UU.
Así, algunos analistas dicen que la demanda de los ETF no constituye una burbuja, por lo que pronostican un continuado aumento hasta US$ 2,000/onza. Agregan, además, que ahora viene el turno de invertir en las acciones de las empresas mineras, cuyos precios están bajos.
Dicho esto, un precio que actualmente supera en más de 4 veces el costo de producción promedio sí está formando una burbuja, aunque los analistas digan lo contrario. Si bien el oro sigue siendo reserva de valor, es un error decir que se puede quedar “pegado al techo” por un tiempo largo. Más temprano que tarde, volverá a su nivel. Eso no quita que sea muy revelador que toda la parafernalia instrumental actual no pueda superar los miedos atávicos y se siga refugiando en un metal que, finalmente, es solo eso. Un metal.
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