Humala, Simon y una prensa de farándula
Por Rocío Ferrel
Ayer la prensa recogió declaraciones de dos políticos: Ollanta Humala y Yehude Simon, no obstante, de lo declarado por ambos personajes sólo recogen lo anecdótico o las pullas que pueden dar que hablar en el circo.
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Por Rocío Ferrel
Ayer la prensa recogió declaraciones de dos políticos: Ollanta Humala y Yehude Simon, no obstante, de lo declarado por ambos personajes sólo recogen lo anecdótico o las pullas que pueden dar que hablar en el circo.
Es decir, todo lo que se puede leer es si Ollanta Humala vive como burgués y habla de los pobres o si Yehude Simon busca protagonismo para beneficiarse en su futura postulación política. Sean falsos o ciertos estos aspectos, no son lo más trascendente del debate entre estos dos personajes, ni significa que deban silenciarse, sino darles su lugar: son sólo hechos anecdóticos.
Siendo que los medios han llenado titulares con los puntos arriba señalados, en contraste, ninguno da cuenta de los cuestionamientos a la ilegalidad del TLC con Chile, que señaló Ollata Humala, expresiones que motivaron la iracunda reacción del declarado prochileno Yehude Simon, quien sigue el libreto dictado por la Cancillería chilena de sindicar de retrógradas que tratan de vivir el pasado a quienes cuestionen a Chile, y rematar con un “debemos proyectarnos al futuro”. Debemos señalar que esta tendencia de olvidar el luctuoso pasado y peligroso presente de nuestras relaciones con Chile, país enemigo, es un punto que insistentemente machacan políticos y periodistas peruanos que son corruptos vendidos a Chile.
Lo más importante que señaló Humala es el caos institucional provocado por el poder ejecutivo en su afán de suscribir secretamente el TLC con Chile, el cual no es conveniente para nuestro país a causa de las asimetrías en las cuales al Perú le toca el papel de perdedor. Para su propósito, el poder ejecutivo burla al Congreso peruano, mientras que en Chile este tratado sí fue revisado y aprobado por su poder legislativo.
Hasta la fecha la burla parecía provenir sólo del poder ejecutivo, pero ahora muy bien aceitadas voces en el Congreso peruano salen a defender el antiperuano y traidor TLC con Chile, dando como un hecho su aprobación, mostrando su disposición a convertir el Congreso peruano en una sucursal sumisa del gobierno chileno.
Humala criticó que se pretenda suscribir ese tipo de tratados estando pendiente con Chile un asunto que afecta a nuestra soberanía, que es la cuestión de la delimitación marítima, que se encuentra en el la Corte Internacional de La Haya.
Sobre el caos institucional, Humala fustigó la forma en que “mañosamente han cambiado el nombre para escapar del Congreso, se han cepillado al Congreso”, denunció refiriéndose a la grotesca manipulación de nombre y agregó que la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Araoz, “merece ser llevada al Congreso y que se le jale las orejas, pues se debe pedir la anulación del TLC con Chile”.
En efecto, el gobierno aprista llama “Acuerdo de Complementación Económica” al TLC con Chile, siendo de hecho, dadas sus características legales de forma y fondo, un TLC, el cual debe pasar obligatoriamente por nuestro Congreso.
Humala indicó que ahora que es evidente la crisis internacional, todos los países tratan de salir de ella ayudando a sus industrias, pero en el Perú el gobierno abandona al sector industrial o lo perjudica con sus políticas, por ejemplo, para asegurar la paralización del desarrollo industrial peruano, promueve contra viento y marea la exportación de nuestro gas a México, que mediante triangulaciones podría estar ya llegando a Chile.
Lo que sí es más notable en el líder nacionalista, es que por primera vez cuestione a la aerolínea chilena Lan al señalar que el gobierno “le entrega los cielos abiertos a Lan sin reciprocidad”, pues desde el Perú se parte a muchos destinos importantes, en cambio desde Chile “a lo más la gente irá al Polo Sur”, manifestó Humala, desatando la ira del Presidente de la República, del Presidente del Consejo de Ministros y de congresistas traidores que están al servicio de Chile.
Una vez más constatamos el carácter farandulero de la prensa peruana, salvo excepciones, que distrae a las masas con hechos intrascendente, sin otorgar una visión de futuro a los lectores, sin discutir los temas que deben discutirse ahora y que discutirlos mañana será tarde; actúan así porque han recibido la orden y prebenda de los lobbies (en particular de Lan y de las mafias chilenas) de ocultar al peruano lo que le conviene.
Siendo que los medios han llenado titulares con los puntos arriba señalados, en contraste, ninguno da cuenta de los cuestionamientos a la ilegalidad del TLC con Chile, que señaló Ollata Humala, expresiones que motivaron la iracunda reacción del declarado prochileno Yehude Simon, quien sigue el libreto dictado por la Cancillería chilena de sindicar de retrógradas que tratan de vivir el pasado a quienes cuestionen a Chile, y rematar con un “debemos proyectarnos al futuro”. Debemos señalar que esta tendencia de olvidar el luctuoso pasado y peligroso presente de nuestras relaciones con Chile, país enemigo, es un punto que insistentemente machacan políticos y periodistas peruanos que son corruptos vendidos a Chile.
Lo más importante que señaló Humala es el caos institucional provocado por el poder ejecutivo en su afán de suscribir secretamente el TLC con Chile, el cual no es conveniente para nuestro país a causa de las asimetrías en las cuales al Perú le toca el papel de perdedor. Para su propósito, el poder ejecutivo burla al Congreso peruano, mientras que en Chile este tratado sí fue revisado y aprobado por su poder legislativo.
Hasta la fecha la burla parecía provenir sólo del poder ejecutivo, pero ahora muy bien aceitadas voces en el Congreso peruano salen a defender el antiperuano y traidor TLC con Chile, dando como un hecho su aprobación, mostrando su disposición a convertir el Congreso peruano en una sucursal sumisa del gobierno chileno.
Humala criticó que se pretenda suscribir ese tipo de tratados estando pendiente con Chile un asunto que afecta a nuestra soberanía, que es la cuestión de la delimitación marítima, que se encuentra en el la Corte Internacional de La Haya.
Sobre el caos institucional, Humala fustigó la forma en que “mañosamente han cambiado el nombre para escapar del Congreso, se han cepillado al Congreso”, denunció refiriéndose a la grotesca manipulación de nombre y agregó que la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Araoz, “merece ser llevada al Congreso y que se le jale las orejas, pues se debe pedir la anulación del TLC con Chile”.
En efecto, el gobierno aprista llama “Acuerdo de Complementación Económica” al TLC con Chile, siendo de hecho, dadas sus características legales de forma y fondo, un TLC, el cual debe pasar obligatoriamente por nuestro Congreso.
Humala indicó que ahora que es evidente la crisis internacional, todos los países tratan de salir de ella ayudando a sus industrias, pero en el Perú el gobierno abandona al sector industrial o lo perjudica con sus políticas, por ejemplo, para asegurar la paralización del desarrollo industrial peruano, promueve contra viento y marea la exportación de nuestro gas a México, que mediante triangulaciones podría estar ya llegando a Chile.
Lo que sí es más notable en el líder nacionalista, es que por primera vez cuestione a la aerolínea chilena Lan al señalar que el gobierno “le entrega los cielos abiertos a Lan sin reciprocidad”, pues desde el Perú se parte a muchos destinos importantes, en cambio desde Chile “a lo más la gente irá al Polo Sur”, manifestó Humala, desatando la ira del Presidente de la República, del Presidente del Consejo de Ministros y de congresistas traidores que están al servicio de Chile.
Una vez más constatamos el carácter farandulero de la prensa peruana, salvo excepciones, que distrae a las masas con hechos intrascendente, sin otorgar una visión de futuro a los lectores, sin discutir los temas que deben discutirse ahora y que discutirlos mañana será tarde; actúan así porque han recibido la orden y prebenda de los lobbies (en particular de Lan y de las mafias chilenas) de ocultar al peruano lo que le conviene.
