Las presiones sobre el dólar
Por Humberto Campodónico
La creciente devaluación del sol en los últimos meses ha sido fuente de preocupación. En junio del 2008 estaba en S/. 2.83 y ahora está en S/. 3.25. Esto en un contexto en que el BCR ha vendido una buena cantidad de dólares para tratar de frenar la “volatilidad del tipo de cambio”. Así, la posición de cambio del BCR (los dólares acumulados por el Banco Central) ha disminuido en US$ 7,422 millones, pasando de US$ 27,299 millones en junio a US$ 19,877 millones al 24 de febrero.
Fuente: BCR
Uno de los indicadores que permite apreciar las presiones devaluatorias es la compra de dólares a futuro (llamados “forwards”) por parte de los agentes económicos más importantes: bancos, empresas, inversionistas institucionales y especuladores, entre otros. Cuando los agentes perciben riesgo, compran “forwards”. Esto sucedió en los primeros meses del 2006, cuando Ollanta Humala ganó la primera vuelta electoral: la compra de “forwards” llegó US$ 1,700 millones (ver gráfico).
Pasados los “temores”, la compra de “forwards” cayó en picada y se tornó negativa: en junio del 2008 fue US$ 1,593 millones. Pero allí comenzó la crisis financiera internacional, primero con el pinchazo de la burbuja especulativa de los precios de las materias primas, seguida de la caída del Lehman Brothers debido a las hipotecas subprime para, finalmente, entrar al terreno de la recesión (y probable depresión) del aparato productivo de EE. UU., Europa y Japón.
Esto hizo que la compra de “forwards” en el mercado local subiera como una flecha (ver gráfico). En menos de 6 meses pasamos de un stock de forwards negativo de US$ 1,593 millones a uno positivo, al 24 de febrero, de US$ 1,642 millones (igual que en junio del 2006): nada menos que US$ 3,235 millones. Hay que resaltar que “las expectativas” del 2006 eran sobre todo políticas, mientras que las actuales tienen su fundamento en el deterioro de la economía internacional y su impacto en todo el mundo lo que, claro, incluye al Perú.
El deterioro se aprecia en la balanza comercial pues, después de muchos años de superávit, se volvió negativa: -0.6%% del PBI en el IV Trimestre del 2008. La preocupación es mayor por el lado de la cuenta corriente, que también se ha vuelto negativa después de muchos años: -3.3% del PBI. Lo mismo está sucediendo con la inversión directa: en el IV T del 2008 hubo una desinversión de US$ 1,113 millones. Este frenazo de las inversiones tampoco se veía desde hace varios años.
Todo esto indica que las presiones devaluatorias sobre el dólar van a continuar, de un lado, por el deterioro de la economía internacional y, de otro, porque continúa el aumento de las importaciones (batieron record con US$ 24, 389 millones en todo el 2008. Con aranceles bajos y, también, por los efectos del Plan Estímulo, no parece que estemos frente a una reversión pronunciada de esta tendencia.
Así las cosas, el tema central consiste en saber cuánto durará el deterioro de la economía internacional y su impacto negativo en las exportaciones. Claro, nadie tiene una bola de cristal pero el consenso general es que estamos frente a una crisis que durará por lo menos, hasta el I Semestre del 2010. Es en ese contexto que tiene que actuar el BCR, que, como ya hemos dicho, ha visto disminuir su posición de cambio en US$ 7,400 millones en los últimos meses. Por eso, medidas como la reversión de la rebaja arancelaria de Carranza del 2006 y 2007 y una moderada devaluación (para impulsar el mercado interno y el “Cómprale al Perú”), aparecen como una necesidad.
Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.com
Pasados los “temores”, la compra de “forwards” cayó en picada y se tornó negativa: en junio del 2008 fue US$ 1,593 millones. Pero allí comenzó la crisis financiera internacional, primero con el pinchazo de la burbuja especulativa de los precios de las materias primas, seguida de la caída del Lehman Brothers debido a las hipotecas subprime para, finalmente, entrar al terreno de la recesión (y probable depresión) del aparato productivo de EE. UU., Europa y Japón.
Esto hizo que la compra de “forwards” en el mercado local subiera como una flecha (ver gráfico). En menos de 6 meses pasamos de un stock de forwards negativo de US$ 1,593 millones a uno positivo, al 24 de febrero, de US$ 1,642 millones (igual que en junio del 2006): nada menos que US$ 3,235 millones. Hay que resaltar que “las expectativas” del 2006 eran sobre todo políticas, mientras que las actuales tienen su fundamento en el deterioro de la economía internacional y su impacto en todo el mundo lo que, claro, incluye al Perú.
El deterioro se aprecia en la balanza comercial pues, después de muchos años de superávit, se volvió negativa: -0.6%% del PBI en el IV Trimestre del 2008. La preocupación es mayor por el lado de la cuenta corriente, que también se ha vuelto negativa después de muchos años: -3.3% del PBI. Lo mismo está sucediendo con la inversión directa: en el IV T del 2008 hubo una desinversión de US$ 1,113 millones. Este frenazo de las inversiones tampoco se veía desde hace varios años.
Todo esto indica que las presiones devaluatorias sobre el dólar van a continuar, de un lado, por el deterioro de la economía internacional y, de otro, porque continúa el aumento de las importaciones (batieron record con US$ 24, 389 millones en todo el 2008. Con aranceles bajos y, también, por los efectos del Plan Estímulo, no parece que estemos frente a una reversión pronunciada de esta tendencia.
Así las cosas, el tema central consiste en saber cuánto durará el deterioro de la economía internacional y su impacto negativo en las exportaciones. Claro, nadie tiene una bola de cristal pero el consenso general es que estamos frente a una crisis que durará por lo menos, hasta el I Semestre del 2010. Es en ese contexto que tiene que actuar el BCR, que, como ya hemos dicho, ha visto disminuir su posición de cambio en US$ 7,400 millones en los últimos meses. Por eso, medidas como la reversión de la rebaja arancelaria de Carranza del 2006 y 2007 y una moderada devaluación (para impulsar el mercado interno y el “Cómprale al Perú”), aparecen como una necesidad.
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