Por Jorge Manco Zaconetti
Cierre de operaciones a la vista
Está demostrado en los medios académicos y políticos que el crecimiento económico del país está asociado al sector minero que a su vez es dependiente de los precios internacionales. Por ello se dice que la actividad minera es tomadora de precios, ninguna empresa por más importante que fuere determina los precios de los minerales, de allí la necesidad de aprovechar los ciclos expansivos de los precios, como fue el período 2003 al 2013, con una retracción en el 2014 para recuperarse en el 2017, en especial en los precios del oro y cobre.
Sin embargo, el comportamiento de Mra. Yanacocha en Cajamarca expresa todo lo contrario. A mayores precios del oro medido en onzas troy, menor es la producción de oro equivalente en oro fino, pues lo que extrae esta minera es el denominado “oro doré”, oro en barra con contenido de plata (60%-40%), con una menor producción desde el 2005, cuando alcanzó su máximo histórico de 3,317 miles de onzas, es decir tres millones trescientos diecisiete mil onzas, tal como se puede observar en el cuadro “Mra. Yanacocha SRL: Producción Anual de Concentrados de Oro”
Desde el 2005 la producción aurífera de la minera en Cajamarca ha tenido límites a su expansión, por la fuerte oposición social sobre todo de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) ambientalistas, comunidades campesinas, y partidos de izquierda radical que encabezaron la lucha política contra la transnacional minera como una forma de legitimación social.
A ello debe sumarse la oposición del gobierno del nacionalismo en el 2011 con la pareja presidencial Humala/Heredia al plantear la disyuntiva de “agua sí, oro no”, con lo cual terminó por liquidar las posibilidades de expansión de esta minera que ha cosechado un grave resentimiento en la provincia cajamarquina, en razón de sus malas prácticas y su devoción por “comprar tiempo”, como mecanismo de resolver los conflictos sociales.
Producción en caída libre
Si se observa detenidamente el cuadro desde el 2006 los precios del oro no cesan de subir, al pasar de 604 dólares la onza para superar la barrera de los 1,225 dólares la onza en el 2010, y alcanzar un pico de 1,670 dólares en el 2012 y mantenerse sobre los 1,257 dólares en el 2017 como precio promedio.
Debiera ser evidente que con una producción potencial superior a los tres millones de onzas troy, el excedente que se hubiese podido obtener sería mucho mayor al que realmente se ha realizado, pues prácticamente la producción se ha derrumbado como se puede observar en la gráfica.
Lamentablemente la producción aurífera de Mra. Yanacocha se está derrumbando pues de tener un nivel máximo de 3,317 mil onzas en el 2005, ha seguido en caída libre para alcanzar en el 2009 de 2,058 miles de onzas finas, (léase dos millones cincuenta y ocho mil onzas), y apenas supera las 534,700 onzas finas en el 2017 con una tendencia a la disminución, tal como se puede observar en la gráfica, que expone la producción entre 1995 al 2017, un período de 22 años.
Prácticamente la producción aurífera del año 2017 según la información reportada por la Dirección General de Minería del Ministerio de Energía y Minas ha sido de 535 mil onzas que resultan casi equivalentes a las onzas producidas en el 1995 que fueron de 534 mil onzas.
Esta dramática disminución de la producción de Mra. Yanacocha en razón del factor natural agotamiento de las operaciones y la falta de expansión, significa un mayor costo por onza producida, el cierre futuro de operaciones, menores ingresos, un menor excedente y un menor abono del impuesto a la renta.
Ello no solamente afecta los ingresos de la empresa y los ingresos derivados como el impuesto a la renta, fundamento del canon minero, sino que también significa una reestructuración de personal, en especial de las contratas mineras que en algún momento significaron más de 10,000 trabajadores que vivían y gastaban en Cajamarca, y que hoy es una cuestión del pasado, lo cual afecta el poder de compra en la ciudad, con un mayor subempleo.
Un menor excedente económico
Como se observar en el siguiente cuadro para estimar el excedente económico por onza producida, para lo cual se resta al precio promedio del oro, el costo total de producción de Mra. Yanacocha en el período 2009 al 2017.
Se debe aclarar que el propio concepto de costo total incorpora los costos directos e indirectos que asume la empresa minera, cargando los costos por depreciaciones, amortizaciones, abono de regalías, factor agotamiento entre otros. De allí que el costo total por onza producida en el 2009 alcanzó los niveles de 397 dólares la onza troy para trepar a los 1,194 dólares la onza en el 2017.
Es decir, los costos se incrementaron tres veces entre el 2009 al 2017, mientras la producción de derrumbó de 2,058 mil onzas para llegar a los 535 mil onzas en el 2017, lo cual tiene un grave significado para los ingresos regionales y locales.
Si el excedente económico por onza producida, definido como la diferencia entre el precio internacional y los costos totales de producción, disminuye fuertemente es lógico que las utilidades brutas y operativas también disminuyan por más altos que sean los precios del oro.
En el 2009 el excedente económico base de las utilidades, intereses, e impuestos tiende a decrecer dramáticamente. Así en el 2009, el excedente alcanzaba los 577 dólares por onza producida, para luego subir a los 811 dólares en el 2011, de allí en la práctica seguir en caída libre y sumar los 190 dólares onza en el 2016 para luego llegar a los 63 dólares en el 2017, donde prácticamente se ha llegado al límite económico.
Ante esta realidad, el gobierno central con los gobiernos locales y regionales deben concertar políticamente con los grupos de presión y movimientos sociales que reviven en época de electorales, para promover la minería responsable que nos permita obtener los ingresos vía canon y regalías, para luchar contra la creciente pobreza no solamente en Cajamarca sino a nivel país.
Por ello, se debe promover la minería responsable con altos estándares ambientales y de seguridad en el trabajo para reactivar la economía regional y nacional en razón del efecto multiplicador de las inversiones. Esta explotación de los recursos naturales nos demuestra que los recursos mineros son finitos, agotables, de allí la necesidad del mejor aprovechamiento económico, para dejar de ser el país de las oportunidades perdidas.