Se denigra al pueblo al decir, que coma jurel-pescado porque el pollo está caro
Antonio Ramírez*
La pesca en el Perú es una actividad milenaria y su impacto como factor de economía alimentaria está inscrita en el corazón y la mente de los peruanos de la antigüedad y los de hoy, así lo refiere, el antropólogo norteamericano Michael Moseley cuando postuló en (The Maritime Foundations of Andean Civilization-1975) de que: “la gestación de la civilización andina se debió a la excepcional riqueza de la fauna marina”, esto hace poco se confirmó con el hallazgo arqueológico en la civilización de Caral y Áspero en Supe, considerado el primer puerto pesquero de la humanidad.
“Gobernar es alimentar”, el artículo 66.° de la Constitución Política del Perú, señala que los recursos naturales son patrimonio de la Nación y es inmoral que “el jurel” entre otros, se venda al pueblo a valores de tres mil por ciento (3000%) mayores de los que se vende al oligopolio de la pesca, compuesta por no más de cinco empresas, que lo convierten en harina/forraje para alimentar animales de países ricos, sin pagar impuestos y con el criminal agravante, de que: “uno de cada dos niños peruanos padecen de anemia y desnutrición crónica”.
Situación actual, caos y corrupción en el mar
Tal vez, el señor Premier Dr. Aníbal Torres sea ajeno a lo que ocurre hoy en el Mar de Grau, debido al desconocimiento y la inoperancia de los tres (3) ministros que se han sucedido en el ministerio de la Producción en el lapso corto de ocho meses de gobierno. El sector pesquero se debate en el caos, la corrupción y la crisis generalizada; la gran biodiversidad del mar del peru, el más rico y productivo del planeta está en peligro, sus 3.300 especies de flora y fauna y “sus servicios vitales ecosistémicos” se encuentran en grave riesgo de colapso y/o extinción. La pesca en sus 906,454 KM² y 3.080 kilómetros de borde pesquero está ralentizada, muchas especies ya no se encuentran y otras están o se pescan cada vez más chicos, de 60 millones de aves, que otrora nos dieran la riqueza del guano de islas, la más grande que haya tenido esta república fallida, se han reducido a una ridícula población de 3%.
La industria reductora de la anchoveta para producir harina o forraje 1956-2022, bajo el sofisma de Consumo Humano Indirecto, luego exportada para alimentar cerdos, pollos y peces de países del primer mundo como resultado de su proceso expansivo industrial y de la revolución alimentaria de los años 50, son los únicos responsables de la gran tragedia peruana del “mito o la leyenda del mar más rico del planeta”. Estamos matando la anchoveta de los huevos de oro, el oro azul de nuestro mar.
La gran tarea ante la hambruna que nos acecha
Sobreponernos a la crisis del coronavirus y a los impactos que ya aparecen como consecuencia de un nuevo orden mundial, nos exigen poner fin al caos y la corrupción en la pesca; cancelar el nefasto propósito inconcluso de la creación de PRODUCE O MINISTERIO DE LA PRODUCCION que nadie entendió y aún se sigue sin entender, obra y legado del régimen del corrupto y extraditable Toledo; y sobre todo, asumir el desafío de convertir a la pesquería marítima y continental, en el factor nutricional y alimentario de los peruanos y de la humanidad en el presente siglo XXI, el siglo de la carne de pescado; a través de las siguientes acciones:
• Restitución del “Ministerio de Pesquería, Acuicultura y Alimentación Humana”, en base a su actual presupuesto y recursos humanos recalificados.
• Proponer la elaboración de una Nueva Ley de Pesca, Acuicultura y Alimentación que defina que, su ejercicio es precautorio y sostenible en base a cadenas productivas y exigencias desde la extracción hasta el consumidor final.
• Propiciar y facilitar desde el Estado que el patrimonio genético de 3300 especies de peces, mamíferos marinos, moluscos, aves, y flora marina compuesta de algas y micro algas, se conviertan en un valioso potencial nutricional, alimentario, gastronómico, industrial y farmacológico.
• Por razones geopolíticas, económicas y de interés nacional se permita la pesca de anchoveta para reducción y producción de harina y aceite para uso animal y humano en la zona fronteriza con Chile.
• Propiciar que en sus 3080 km de borde costero del litoral, inclusive espacios de mar abierto, se constituyan en potenciales escenarios para el cultivo y crianza de peces, moluscos y algas a nivel intensivo incluyendo las 262 cuencas hidrográficas y sus más de 12000 lagos y lagunas que existen en el espacio continental, promoviendo al Perú como uno de los primeros países de desarrollo pesquero y acuícola del planeta.
• Proponer que el Imarpe se convierta en el ente rector de las investigaciones científicas biotecnológicas, en materias de biodiversidad y ambiente; el mar provee más del 80% del oxígeno que respiramos, que las corrientes y los vientos determinan la calidad y riqueza de sus ecosistemas a través del plancton que arrastran; pero sobre todo, el mar es fundamental para conocer mucho más sobre la evolución del clima, sus recurrencias y sus impactos sobre el territorio
• Proponer que sus 21 islas y 11 puntas existentes en las proximidades del litoral, sean reconocidos como santuarios de vida e intangibles para la pesca, en un radio no menor de las cinco millas y de laboratorio científico natural, para que nos prodiguen el guano de islas, el más importante fertilizante orgánico para impulsar la agricultura orgánica del futuro, y en cuanto a las especies de peces de alto valor comercial, que estos sirvan para perpetuar al Perú, como “el mejor destino turístico de la culinaria y gastronomía del planeta” para repotenciar los nuevos escenarios de la actividad turística de avistamiento de aves y mamíferos marinos, generando espacios de oportunidades de inversión, empleo y riqueza y en el caso de laboratorio científico, para hacer seguimiento a las anomalías térmicas de nuestro mar y sustentar políticas eficaces de prevención de desastres.
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