Analistas de JP Morgan Chase & Co pronosticaron en julio que el barril podría alcanzar unos 380 dólares en caso de materializarse las limitaciones al precio del crudo.
Los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (G7), formado por EE.UU., el Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá y Japón, acordaron este viernes establecer un tope a los precios del petróleo ruso.
En su declaración conjunta, se precisa que prohibirán por completo los servicios que garantizan el transporte marítimo de crudo ruso y de productos petrolíferos a nivel global si se venden a un precio mayor del límite determinado “por la amplia coalición de países”.
De momento, no ha trascendido una cifra concreta a nivel oficial y solo se precisó que el tope inicial se basará en “una serie de aportaciones técnicas”, al tiempo que se aclaró que podría ser revisado en el futuro. La agencia Bloomberg reportó en julio, citando fuentes conocedoras del asunto, que Washington y sus aliados han examinado introducir un tope de entre 40 y 60 dólares por barril.
Desde Moscú se ha dejado claro que no suministrarán petróleo a países que se adhieren a la medida y que lo dirigirán a “destinos alternativos”.
Mientras, los ejecutivos de la industria petrolera y algunos funcionarios gubernamentales del G7 se mostraron escépticos sobre el futuro funcionamiento del mecanismo y acerca de si habrá suficiente países que decidan adoptarlo, señala el diario británico The Financial Times.
“Sólo funciona si se organiza globalmente. No puedes hacerlo unilateralmente, sino en estrecha colaboración con muchos otros. De lo contrario, quedará en nada”, manifestó el canciller alemán, Olaf Scholz, el mes pasado.
Postura de Arabia Saudita
Desde Arabia Saudita, una de las naciones clave en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) ya alertaron que el cartel podría tener que bajar la producción si los precios permanecen “volátiles”. Asimismo, a Riad le preocupa que en Occidente subestimen el impacto del endurecimiento de las sanciones contra los suministros petrolíferos rusos.
En particular, el reino teme que a los países de la OPEP+, que se reunirán el lunes para abordar los volúmenes de producción en los próximos meses, les resulte difícil suplir una posible caída de producción en Rusia, dado que las capacidades de reserva son limitadas, reseña el medio.
Preocupaciones de aseguradoras
Aunque la iniciativa no presupone la prohibición completa de prestación de seguros, las empresas del sector también expresaron en privado su preocupación sobre el uso de coberturas como herramienta para asegurar el funcionamiento del tope, señala el periódico. Así, el temor a que se produzcan posibles violaciones de las condiciones del acuerdo podría llevar a que las aseguradoras compensen en exceso y retiren los seguros de una amplia gama de embarcaciones.
Un alto ejecutivo del mercado de seguros Lloyd's of London aseveró el viernes que las compañías de seguros pedirán a los dueños de los barcos de carga que cumplan con las estipulaciones de la medida del G7. “Si es una empresa que no cumple con el tope, no podrá contratar un seguro”, dijo bajo condiciones de anonimato.
Otro informante de Lloyd's of London instó a reconocer que las aseguradoras “no están cerca del precio al que se comercializa el crudo”. “La gente simplemente no [ofrecería un seguro], porque estaría demasiado preocupada”, apuntó la fuente, alegando a que las empresas de seguro esperarían de los comerciantes petrolíferos que se comprometan a cumplir con el tope.
“Una idea ridícula”
El codirector del Instituto para el Análisis de Seguridad Global, Gal Luft, afirmó en declaraciones a la cadena CNBC que el acuerdo alcanzado por el G7 es “una idea ridícula” que podría ser contraproducente para el propio grupo. El experto compara el plan con ir a la tienda y pedir al vendedor que acepte menos dinero que el precio indicado. “Así no funciona el mercado del petróleo. Es un mercado muy sofisticado, no puedes forzar los precios a la baja”, señala.
En esta línea, recalca que no se puede “engañar” a las leyes de la oferta y la demanda cuando se trata de un producto fungible, es decir, intercambiable. “Aquellos europeos y estadounidenses que hablan de 40 dólares por barril, lo que van a tener es 140 dólares por barril”, advierte.
Los analistas del conglomerado financiero JP Morgan Chase & Co pronosticaron el pasado mes de julio que los precios mundiales podrían alcanzar unos 380 dólares por barril en el caso de que se materializaran los topes al precio.
Nuevos mercados y efectos adversos para Occidente
Por su parte, el analista de la compañía rusa en servicios financieros Gueorgui Svirin opina en declaraciones al diario Izvestia que Rusia encontraría nuevos compradores en Asia. “Hay que entender que tras sacar el petróleo ruso de Europa, los precios por barril podrían dispararse muy rápido y todo el descuento [respecto a la marca Brent] se compensará con el aumento del coste del barril”, pronostica.
Según Svirin, la situación económica en Europa no mejorará ni tan siquiera con la llegada del crudo iraní a los mercados energéticos, ya que Teherán figuraría entre las naciones que no apoyarían la introducción del tope, estima.
¿Se sumarán otros países?
Mientras, la directora de la consultoría jurídica CM Grace Consulting Ekaterina Orlova estima en declaraciones al periódico Kommersant que al G7 le resultará difícil alcanzar el consenso y asegurar que naciones como China, la India, Pakistán o los países africanos se adhieran a la iniciativa.
La analista María Belova, de la asesoría Vygon Consulting, considera que la materialización de un límite al precio del crudo ruso es poco probable. Según ella, la medida, al igual que el embargo paulatino anunciado anteriormente por la UE, se aplicará a los suministros marítimos y más bien parece ser “un intento político de salvar la cara” en el caso de que el embargo no funcione. En este sentido, indicó que el mercado “no cree seriamente” en la aplicación del tope, lo que evidencian los cambios no significativos del precio de Brent en estos días.
Con información de RT, 03.09.2022