Jorge Manco Zaconetti
Somos testigos en los últimos días de una campaña de demolición contra la petrolera estatal PetroPerú S.A., que casi siempre ha sido rentable, salvo cuando por decisión del gobierno de turno se la obligó a vender a precios por debajo de los costos de producción, acarreándole graves pérdidas económicas, tal como sucedíó durante el primer gobierno de Alan García 1986 / 1990, donde se aplicó una política indiscriminada de subsidios.
En el año 2022 producto del fuerte incremento de los precios de los combustibles a nivel internacional explicados en gran medida por la guerra Rusia / Ucrania, y reducida PetroPerú a comportarse como un importador neto de diésel y gasolinas para asegurar el abastecimiento local, la petrolera estatal ha tenido pérdidas netas como también las ha tenido la Refinería La Pampilla bajo responsabilidad de la transnacional Repsol de España.
PetroPerú obtuvo pérdidas netas en el 2022 de (-US $ 278 millones) de dólares, obligada a importar combustibles, como también las ha tenido la competencia, La Refinería La Pampilla con (– US$ 218 millones) que sí ha tenido márgenes refineros, a diferencia de PetroPerú, cuya principal refinería de Talara está cerrada desde el 2020, por estar embarcada en el proceso de construcción de una nueva refinería.
La explicación de tal campaña mediática ha sido la decisión del gobierno de turno de transferir los lotes petroleros cuyos contratos tienen fecha de término en octubre, noviembre próximos, y el más importante el lote X cuyo contrato finaliza en junio del 2024. |
Al mes de agosto del 2023 todavía los márgenes de refinación que expresa la diferencia de precios del crudo y los productos derivados, aún se mantienen elevados, más de US$ 45 dólares por barril lo que determina que las empresas productoras de crudo y refinadoras al mismo tiempo estén obteniendo altas ganancias, a diferencia de PetroPerú, que debe comprar el crudo y pagar precios internacionales, y sumado a ello debe importar combustibles a precios internacionales más todos los costos inherentes (fletes, seguro, cabotaje, almacenamiento etc.), para venderlos incluso obteniendo pérdidas abasteciendo el mercado interno.
Esta historia puede y debe cambiar si la petrolera estatal alcanza la integración vertical, es decir, si tiene producción propia de petróleo y gas, y si a ello se suman los márgenes de refino porlos derivados procesados en la Nueva Refinería deTalara, que debe estar produciendo al 100 % de su capacidad este mes de setiembre del presente, cuando las empresas fabricantes (licenciatarias) de los dieciséis diversos procesos industriales den por terminado la obra definitiva, de arranque y prueba, donde desde el mes de julio faltaban solamente dos procesos industriales.
Este período normalmente dura más de dos años a nivel internacional, y aquí se está por debajo del promedio de tiempo (18 meses) dada la complejidad refinera de la unidad deTalara. La refinería La Pampilla solamente tiene cuatro procesos industriales y es una unidad retrasada en tecnología frente a la refinería de Talara PetroPerú.
En estas condiciones con producción propia de petróleo y gas con los márgenes de refinación vigentes PetroPerú será doblemente rentable, pues accederá a la renta petrolera y a los márgenes de refino. Esta rentabilidad y posicionamiento de la petrolera estatal es lo que disgusta a los voceros mercantilistas del empresariado privado, que aspiran a seguir explotando los lotes petroleros y adueñarse de la moderna refinería deTalara, bajo la tesis de una supuesta insolvencia, y para ello utilizan una batería de argumentos y medias verdades, con los “espadachines a sueldo”.
RENTABILIDAD ASEGURADA
En tal sentido, debe quedar claro que el detonante de esta campaña infame contra PetroPerú es la integración vertical. La explicación de tal campaña mediática ha sido la decisión del gobierno de turno de transferir los lotes petroleros cuyos contratos tienen fecha de término en octubre, noviembre próximos, y el más importante el lote X cuyo contrato finaliza en junio del 2024.
La Confiep, la Sociedad Nacional de Industrias, laAsociación de Exportadores, Comex y una serie de voceros de opinión, con “espadachines a sueldo incluidos” más la prensa concentrada con el decano “El Comercio” a la cabeza esgrimen una serie de argumentos contra la integración vertical de PetroPerú.
Se argumenta que PetroPerú y especialmente la inversión realizada en la Nueva Refinería deTalara, constituye “un barril sin fondo”, un “elefante blanco” que pone en riesgo el equilibrio financiero del erario público. Dejando de lado, que consultoras independientes como Arthur De Little han destacado que en los próximos 15 años la refinería tendrá una utilidad antes de impuestos de US$472 millones de dólares como promedio anual. |
No se debe obviar que el principal accionista del Grupo El Comercio, es José Graña Miró Quesada, protagonista de la corrupción de Odebrecht, entre otros. El grupo Graña y Montero, ahora denominado UNNA, detenta la administración del lote III, IV, y V y opera los terminales propiedad de PetroPerú, y aspira a volver al lote I, un lote pequeño pero rentable.
Es decir, se oponen a que la petrolera estatal asuma las actividades de explotación, de la cual está ajena desde 1996, como una consecuencia directa del proceso de privatización, cuando se transfirieron sus reservas probadas de petróleo y gas natural.
Se argumenta que PetroPerú y especialmente la inversión realizada en la Nueva Refinería deTalara, constituye “un barril sin fondo”, un “elefante blanco” que pone en riesgo el equilibrio financiero del erario público. Dejando de lado, que consultoras independientes como Arthur De Little han destacado que en los próximos 15 años la refinería tendrá una utilidad antes de impuestos de US$472 millones de dólares como promedio anual.
Siempre hemos señalado que PetroPerú sin lotes petroleros que aproveche la obtención de renta, es decir el excedente la diferencia entre el precio internacional y el costo interno de producción, que hoy sobrepasa los US$40 dólares por barril. Lo que significa una utilidad anual de US$292millones de dólares con una producción propia de 20 mil barriles diarios y precios del crudo de US $ 80 dólares el barril y costos promedio de US$40 el barril. Estamos siendo conservadores pues los precios del petróleo en la presente coyuntura están por encima de los US$85 dólares el barril.
¡Esta renta petrolera de casi US$300 millones de dólares anuales, sin considerar la riqueza del gas natural es la que está en juego!
En tal sentido sirva de ejemplo la rentabilidad del lote I en Talara que ha sido explotado por PetroPerú durante el 2022 por medio de un contrato temporal de 23 meses que se vence en octubre próximo. En ese minúsculo lote que antes pertenecía a Graña y Montero Petrolera, con una producción promedio de 500 barriles diarios, la petrolera estatal obtuvo US$6.7 millones dólares por concepto de utilidades netas, deducidos los costos de producción, las regalías e impuestos. ¡De allí la infame campaña de prensa que no expone la verdad completa!
Pues una empresa petrolera sin producción ni grifos propios, está condenada a sobrevivir solamente con los márgenes de refino, como ha sido el caso de PetroPerú desde 1996, cuando se privatizaron los lotes petrolerosde Talara y de la selva norte, el lote 8 en particular.
Si a ello se agrega la “venta sucia” de La Refinería La Pampilla, vendida a precio de regalo en US$180 millones, cuando bajo administración de PetroPerú le generaba US$65 millones por utilidades anuales en promedio.
En verdad, adoptada la decisión de Estado de modernizar la Refinería de Talara en 2014 por estrictas medidas ambientales para procesar combustibles limpios, los US$6,000 millones de dólares invertidos serán recuperados en menos de 10 años, si PetroPerú regresa a ser una empresa integrada a la producción, lo cual constituye la pesadilla de las empresas mercantilistas y rentistas que han usufructuado las reservas probadas y probables que dejó la petrolera estatal en 1996.
Diario Uno, 16.09.2023