Jorge Manco Zaconetti

Como escribimos en artículos anteriores, el nuevo presidente del directorio de PetroPerú, con Oliver Thomas Alexander Stark Preuss a la cabeza, un empresario minero de formación como el cuestionado ministro de energía y minas Ing. Rómulo Mucho Mamani, el cual apenas fue nombrado ministro del sector tuvo dos afirmaciones de antología: La Nueva Refinería de Talara es un “elefante blanco” y el proyecto minero de “Tía María”, va sí o sí, encendiendo la pradera social en el Valle del Tambo, en un proyecto donde el ministro tiene intereses contantes y sonantes.

 

corrupcion en todas partes

El nuevo directorio de PetroPerú, nombrado a dedo por la Junta de Accionistas donde el ministerio de Economía y Finanzas, con el inefable José Arista a la cabeza que tiene denuncias civiles y penales como cancha, donde destaca el exministro de Economía de PPK, David Tuesta Cárdenas, un radical liberal, cuyo máximo sueño es la privatización de PetroPerú. Y esta es la coyuntura política y económica para hacer ello posible, antes que la “Nueva Refinería de Talara” con la unidad de Flexicoking empiece a generar utilidades.

Ante la ausencia de una política de Estado no solamente en el sector de hidrocarburos, sino a todo nivel, pues según la Constitución de 1993 la intervención del Estado es subsidiaria, el futuro de PetroPerú depende del funcionamiento pleno de la unidad de Flexicoking que tiene la cualidad de convertir los 22 mil barriles diarios de petróleo residuales en combustibles de mayor valor como diésel y gasolinas premium, con 50 partes de millón de azufre, es decir, combustibles limpios.

Esta unidad de Flexicoking es una de las 16 unidades de la Nueva Refinería de Talara, que no tiene la principal competencia refinera como La Pampilla del grupo Repsol, que tiene como vocero oficioso al Ing. César Gutiérrez, que fue en el pasado expresidente de PetroPerú  comprometido hasta el tuétano en el faenón de los “petroaudios” de 2008 en la dirigida licitación de los lotes del Zócalo Continental.

 

lote 192 Petroperu

 

Curiosamente la construcción de la unidad de Flexicoking fue aprobada durante el segundo gobierno de Alan García, por el expresidente del directorio de PetroPerú, que hoy es un vocero de la “Derecha Bruta y Achorada” (DBA) que demanda la insolvencia de la petrolera estatal por la falta de liquidez, y por tener un capital de trabajo negativo.

Es más, PerúPetro también juega en contra de PetroPerú, sacando a licitación los rentables lotes I y VI de Talara que le fueron transferidos a la petrolera estatal por dos años, que recién se cumplirían antes de noviembre de 2025; para remate PerúPetro licita ahorita los rentables lotes I y VI, sin aceptar ninguna participación de PetroPerú como ha sido el caso del también rentable Lote X, el más importante de todos los lotes de Talara, donde la estatal tiene una participación del 40 % en un contrato de licencia de 30 años.

Lo curioso es que el actual Presidente del Directorio de PerúPetro, la agencia de contratos en el sector de hidrocarburos, responsable de promover la inversión en el sector, era hasta el 2023 un funcionario de la gerencia legal de PetroPerú, me refiero al Dr. Jorge Pesantes Escalante, el cual era un fervoroso partidario de la “integración vertical” de PetroPerú, es decir apostaba por la posición racional y técnica que la Nueva Refinería de Talara debía ser abastecida con su propio petróleo de los lotes cuyos contratos estaban vencidos o próximos a su vencimiento.

Es más, dicho funcionario como también el exministro Oscar Vera, como el cuestionado Hugo Chávez entre otros en junio, julio de 2021, habiendo resultado ganador en las elecciones el profesor Pedro Castillo, eran visitantes de Palacio de Gobierno y de la casa de Sarratea, buscando entrevistarse con el presidente elegido, para asumir altos cargos en las empresas del sector.

 

bombeo petroleo

 

Es por todos conocido cómo terminó el gobierno del corrupto y golpista Pedro Castillo, que más parecía un “pájaro frutero” en comparación a la megacorrupción del gobierno de Fujimori, Toledo, García, Humala y PPK. Sin embargo, en el programa de gobierno de “Perú Libre”, que supuestamente sostenía un programa de cambio, donde “no habría más pobres en un país rico”, entre los puntos positivos estaba el fortalecimiento de PetroPerú, financiar e inaugurar la Nueva Refinería de Talara, renegociar la deuda externa con los acreedores, alcanzar la integración vertical con lotes propios de petróleo y gas.

Con el nuevo gobierno instalado el 7 de diciembre de 2022, donde la Sra. Dina Boluarte “reina pero no gobierna”, y la derecha política y empresarial instalada en el Congreso de la República, en alianza con los residuos de “Perú Libre”, cuyo líder Vladimir Cerrón yace en una cómoda clandestinidad, impone las reglas de juego, con medidas represivas y antipopulares, en un país que tiene más del 30 % de la población en situación de pobreza y más del 50 % de la población peruana en condiciones de inseguridad alimentaria.

En este contexto el fortalecimiento de PetroPerú, y un nuevo salvataje financiero para la Derecha Bruta y Achorada (DBA) les parece injustificada y hasta inmoral. Es más, la consigna política es apurar la privatización, entiéndase liquidación de la petrolera estatal, que hasta el 2018 era la principal empresa de la economía peruana y lideraba el ranking de ingresos, con modestas utilidades, pero casi siempre con cifras en azul.

Expresión de ello es que en el Edificio Principal de San Isidro de 22 pisos PetroPerú solamente ocupará dos pisos, y los trabajadores administrativos que no se han acogido al programa de incentivos, estarán laborando en sus casas, “trabajo remoto” le dicen, y luego le aplicarán la suspensión perfecta, es decir el despido justificado, en razón de las pérdidas económicas, y el capital de trabajo negativo que al primer semestre del 2024 suma los US $ 3,395 millones de dólares. Es decir, PetroPerú no tiene el capital suficiente para cubrir las compras de combustibles ni honrar sus deudas con los acreedores ni con el propio estado.

 

nueva ref Talara mar

 

La idea es limpiar el Edificio Principal de San Isidro y venderlo lo más rápido posible, donde el ingreso proyectado de su venta según expertos tasadores no será superior a los US $ 150 millones de dólares. Una cifra que no “mueve la aguja” a una empresa que al primer semestre del 2024 según los Estados Financieros no auditados tiene un pasivo corriente, es decir una deuda de corto plazo de US $ 4,450 millones de dólares.

La gran interrogante que uno se debe hacer es cómo se llega a tal nivel de endeudamiento. Allí los privatizadores a ultranza no les interesa las explicaciones racionales que tienen su fundamento central en las consecuencias de la irracional privatización de los lotes petroleros en la década de los noventa en el corrupto gobierno de Alberto Fujimori. Y la demora de más de tres años en la construcción de la Nueva Refinería de Talara que debía estar operativa en junio del 2019 es decir, antes de la pandemia del 2020.

Ello explica por ejemplo que en el rubro de cuentas por pagar el monto que se debe abonar a los proveedores extranjeros de crudo y combustibles refinados para abastecer el mercado interno al primer semestre del 2024, suma los US $ 1,130 millones de dólares.

 

Petroperu edificio 4

 

PRIVATIZACIÓN Y DESPIDOS

Tampoco entienden razones sobre la pérdida de participación en el mercado de combustibles de parte de PetroPerú que de explicar el 50 % el 2018, hoy no tiene una participación ni del 25 %, gracias al cierre provocado e innecesario de la vieja Refinería de Talara adoptada por el economista Carlos Paredes, que funge del gran asesor del directorio teniendo como agente a la nueva gerente general de PetroPerú , Sra. Cristina Fung.

En este contexto la competencia con grandes transnacionales como Exxon/Mobil, y Valero que comercializa más de 3 millones de barriles diarios a nivel mundial, y que está construyendo tanques de almacenamiento en Paita para ganar el mercado de combustibles del norte del país, que ha sido hasta ahora el mercado histórico de PetroPerú.

En tal sentido, la competencia en el mercado de combustibles con las transnacionales como Repsol que controla la Refinería La Pampilla que fue una unidad rentable de PetroPerú hasta junio 1996, la cual fue privatizada a precio de “huevo roto” por la ridícula suma de US $ 180 millones de dólares.

Sin embargo, no se dice nada de que entre 1997 al 2023 la Refinería La Pampilla ha tenido ingresos de más de US $ 69 mil millones de dólares, remesando a su matriz española millones de dólares por diversos concepto, con el agravante de haber causado el mayor desastre ambiental contaminando el mar del norte chico de Lima con más de 20 mil barriles, negándose asumir multas y penalidades.

 

pozos Petroperu

 

En tal contexto la privatización de rentables lotes petroleros de Talara es un duro golpe a la rentabilidad futura de PetroPerú, pues seguirá pagando precios internacionales por el crudo y gas que antes le pertenecía.

Sirva de ejemplo la importancia y rentabilidad del Lote I, que desde 1994 hasta diciembre del 2021 fue operado por Graña y Montero, convirtiéndose en la “gallina de los huevos de oro” del Grupo Graña petrolero, principal accionista del Grupo El Comercio y otros medios, que con una producción de 300 barriles diarios de crudo y más de 5 millones de pies cúbicos diarios de gas natural, que alimentaban la “Planta de Fraccionamiento” obteniendo más de 500 barriles diarios de gas licuado de petróleo (GLP) y el gas seco sobrante se lo vendían a la vieja refinería de Talara a precios por encima de los marcadores internacionales (Precio Henri Hub).

Este entreguismo de la riqueza petrolera que corresponde a la Nación, es decir a todos los peruanos, debe tener una respuesta nacional popular, pues se está enajenando lotes petroleros con reservas probadas con rentabilidad comprobada, donde la propia producción financia las inversiones, y el riesgo es mínimo pues se trata de lotes de explotación.

 

Diario Uno, 24.08.2024