Traición de Alan García: devolvió hampón chileno en secreto
entierro hampon chilenoMientras Chile incurre en apología de crímenes de guerra

En medio de honores, Chile enterró a un hampón chileno que murió en Chorrillos en uno de los más negros episodios de la Guerra del Pacífico, donde se saquearon viviendas, se asesinaron civiles y se violaron mujeres, tras lo cual los criminales chilenos prendieron fuego a la hasta entonces hermosa villa de Chorrillos.
El malhechor desconocido repatriado a Chile fue descubierto en 1998 en el Perú. Hoy fue sepultado con todos los honores militares frente al mausoleo de Bernardo O'Higgins.

Los países desarrollados, como Alemania, evitan realizar apología de los criminales de guerra. Este acto de Chile demuestra que sigue ensalzando los crímenes de guerra, no se trata de un hecho que haya sido corregido con la historia presente, este es el presente de Chile: la apología de los actos de rapiña, punto de partida para nuevas agresiones territoriales, como ya están sucediendo: el triángulo de casi cuatro hectáreas alrededor del punto Concordia y más de 37 mil kilómetros de mar.

El general chileno Oscar Izurieta declaró: "Siento un profundo orgullo de recibir un soldado que murió combatiendo por la patria". Claro, hasta ahora para los chilenos combatir por la patria invadir otro país pacífico en acto criminal, no se sienten avergonzados, sino orgullosos, como lo admiten.

Traidor Alan García devolvió al bandido, mientras Chile no devuelve los libros

Mientras Alan García y autoridades peruanas prochilenas han soltado fácilmente el esqueleto del ratero chileno, los chilenos siguen mofándose del Perú al no devolver los libros saqueados durante la guerra.

Chile está obligado a devolver los libros, inclusive contamos con instrumentos legales para exigir la repatriación de nuestro patrimonio bibligráfico. En la Conferencia de Bruselas de 1874 se estableció que debe ser perseguida toda incautación o destrucción intencional de bienes culturales. Por otro lado, en la Convención de La Haya de 1954 y protocolos para la protección de los bienes culturales en caso de guerra, se estipula que el patrimonio cultural no puede ser retenido a título de reparaciones de guerra.

Una vez más comprobamos el ánimo genuflexo del gobierno de Alan García en lo que atañe a defender los intereses y la dignidad del Perú frente al vecino delincuente chileno que roba tierra y mar, ante el silencio traicionero de García, quien encubre la usurpación del triángulo de tierra tacneña.

 
Señor Alan García, ¿por qué de una vez por todas no tramita su nacionalización chilena y se va a besar los pies de los chilenos? Aquí ya está llegando muy lejos con sus traiciones.