Trujillo: La revolución de 1932
Trujillo: La revolución de 1932
Por: Herbert Mujica Rojas
Un día como ayer, en 1932, estalló, contra una dictadura feroz, sangrienta y ebria de delirio impresionante, la Revolución de Trujillo. Mal avituallado el pueblo insurrecto de esa ciudad norteña se levantó en armas. Y habría de pagar cara su osadía porque el gobierno de Sánchez Cerro ¡bombardeó Trujillo! Hombres y mujeres humildes, hoy les llamaríamos de a pie, participaron en el hecho cuya historia se pretendió negar u obliterar como uno de los sucesos que marcaron a sangre y fuego a una generación que, como la de entonces, entendió al Perú como pasión noble, consagración pura, amor constructor de nuevas y mejores esperanzas. Para los apristas fue el bautizo de sangre. Para otros peruanos, un misterio por décadas y que debe dejar de serlo. Las líneas que siguen constituyen lectura informativa y emocionante.
Un día como ayer, en 1932, estalló, contra una dictadura feroz, sangrienta y ebria de delirio impresionante, la Revolución de Trujillo. Mal avituallado el pueblo insurrecto de esa ciudad norteña se levantó en armas. Y habría de pagar cara su osadía porque el gobierno de Sánchez Cerro ¡bombardeó Trujillo! Hombres y mujeres humildes, hoy les llamaríamos de a pie, participaron en el hecho cuya historia se pretendió negar u obliterar como uno de los sucesos que marcaron a sangre y fuego a una generación que, como la de entonces, entendió al Perú como pasión noble, consagración pura, amor constructor de nuevas y mejores esperanzas. Para los apristas fue el bautizo de sangre. Para otros peruanos, un misterio por décadas y que debe dejar de serlo. Las líneas que siguen constituyen lectura informativa y emocionante.