Delimitación marítima: ¡campaña nacional!
por Herbert Mujica Rojas
He leído con subrayada reserva la propuesta de un marino en retiro que sostiene que son los centros académicos los responsables de imponerse de un cabal conocimiento en torno a la demanda a que Chile ha sido llevado por Perú y por la ausencia de delimitación marítima. Tengo la impresión que esa clase de enclaustramiento y confín no le hace ningún bien al país. ¡Precisamente, lo que el pueblo necesita conocer es de qué se trata el contencioso con Chile, cuáles nuestras razones y eso es lo hay que difundir urbi et orbi! Mantener en las insuficientes y pusilánimes manos de quienes hasta hoy se han autonombrado custodios de soberanías que jamás defienden, que desconocen y que eventualmente traicionan según las corrientes de viento, es parte de la trágica y deleznable historia de la sempiterna indefensión del Perú. Ni los diplomáticos y mucho menos los académicos chilenófilos o alimentados por universidades que han olvidado la historia y sí recuerdan lo que ellos llaman "paz o fraternidad", han sido ejemplo o paradigma absolutamente de nada.
por Herbert Mujica Rojas
He leído con subrayada reserva la propuesta de un marino en retiro que sostiene que son los centros académicos los responsables de imponerse de un cabal conocimiento en torno a la demanda a que Chile ha sido llevado por Perú y por la ausencia de delimitación marítima. Tengo la impresión que esa clase de enclaustramiento y confín no le hace ningún bien al país. ¡Precisamente, lo que el pueblo necesita conocer es de qué se trata el contencioso con Chile, cuáles nuestras razones y eso es lo hay que difundir urbi et orbi! Mantener en las insuficientes y pusilánimes manos de quienes hasta hoy se han autonombrado custodios de soberanías que jamás defienden, que desconocen y que eventualmente traicionan según las corrientes de viento, es parte de la trágica y deleznable historia de la sempiterna indefensión del Perú. Ni los diplomáticos y mucho menos los académicos chilenófilos o alimentados por universidades que han olvidado la historia y sí recuerdan lo que ellos llaman "paz o fraternidad", han sido ejemplo o paradigma absolutamente de nada.
Los peruanos deben enterarse por qué causas planteó el gobierno del Perú en nombre de su Estado el tema en la Corte Internacional de La Haya y cómo es que nuestra nación afirma y sostiene que carece de delimitación marítima con Chile. Si hay coherencia entonces deberá subrayarse la impertinencia de ciertos elementos que deberían estar en sus casas o arrepintiéndose públicamente de textos que ex profeso pueden hacer daño a la posición peruana que es diametralmente opuesta a la que ellos han escrito en libros, como es el caso del traidorzuelo Fabián Novak Talavera.Ese es un tema delicado y pendiente.
En uso de su soberanía nacional y en cumplimiento del derecho a saber de qué se trata la utilidad de difusión de la demanda peruana que arranca su exposición ante La Haya el próximo 20 de marzo, deviene de inconcusa e imbatible vigencia y necesidad. Su traducción al quechua y aymara, lógica y maciza. Ningún peruano puede substraerse a la defensa del país y ¡qué mejor ocasión! que convertir en texto de obligada lectura y reflexión para los millones de escolares que se reincorporan pronto a clases.
Nótese que la abrumadora sed de conocimientos rebasa la minúscula cantidad de establecimientos académicos. A la par que ellos estudian y conocen, no hay impedimiento de ninguna especie para difundir masivamente el documento de la demanda y por todos los medios de comunicación. ¿Alguien entendería que en tiempos de Internet se promueva que unos pseudoiluminados promuevan el conocimiento de oligarquías exclusivas, ineficientes y cómplices de claudicaciones como aquella referida a Arica de 1999? ¡Ningún gobierno o Congreso se ha atrevido a dar validez constitucional al supuesto cumplimiento de esos actos felones sobre lo pendiente del Tratado de Lima de junio de 1929!
Además, juzgo imprescindible que se oriente al país en torno a los próximos pasos a posteriori de la presentación en La Haya el 20 de marzo. Un país al garete simplemente navega al fracaso y a ser alimento de tiburones, locales y foráneos, muy bien entrenados para no dejar cabos sueltos ni osamentas.
La monstruosa historia del Perú no es sino el conchabo de grupos o patotas minúsculas que han sacado ventaja de sus formas clánicas en detrimento de las mayorías nacionales. La democracia siempre ha sido una caricatura trágica, un sainete que las más de las veces sólo fue butifarra y pisco. Cuesta admitir que existan aún esa clase de adoradores de las minorías que se reputan a sí mismas como intelingentes per se. ¡Bah!
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
Lea www.voltairenet.org/es
En uso de su soberanía nacional y en cumplimiento del derecho a saber de qué se trata la utilidad de difusión de la demanda peruana que arranca su exposición ante La Haya el próximo 20 de marzo, deviene de inconcusa e imbatible vigencia y necesidad. Su traducción al quechua y aymara, lógica y maciza. Ningún peruano puede substraerse a la defensa del país y ¡qué mejor ocasión! que convertir en texto de obligada lectura y reflexión para los millones de escolares que se reincorporan pronto a clases.
Nótese que la abrumadora sed de conocimientos rebasa la minúscula cantidad de establecimientos académicos. A la par que ellos estudian y conocen, no hay impedimiento de ninguna especie para difundir masivamente el documento de la demanda y por todos los medios de comunicación. ¿Alguien entendería que en tiempos de Internet se promueva que unos pseudoiluminados promuevan el conocimiento de oligarquías exclusivas, ineficientes y cómplices de claudicaciones como aquella referida a Arica de 1999? ¡Ningún gobierno o Congreso se ha atrevido a dar validez constitucional al supuesto cumplimiento de esos actos felones sobre lo pendiente del Tratado de Lima de junio de 1929!
Además, juzgo imprescindible que se oriente al país en torno a los próximos pasos a posteriori de la presentación en La Haya el 20 de marzo. Un país al garete simplemente navega al fracaso y a ser alimento de tiburones, locales y foráneos, muy bien entrenados para no dejar cabos sueltos ni osamentas.
La monstruosa historia del Perú no es sino el conchabo de grupos o patotas minúsculas que han sacado ventaja de sus formas clánicas en detrimento de las mayorías nacionales. La democracia siempre ha sido una caricatura trágica, un sainete que las más de las veces sólo fue butifarra y pisco. Cuesta admitir que existan aún esa clase de adoradores de las minorías que se reputan a sí mismas como intelingentes per se. ¡Bah!
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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