En el diario argentino Clarín del 28 de marzo de 2 010, en el artículo de Marcelo A. Moreno titulado “Escándalos, infidelidades y una ración de obscenidad política”, se lee:
Mucho más seria y gravemente, el papa Benedicto XVI hizo pública hace unos días una carta en la que pide disculpas a los miles de chicos que fueron abusados sexualmente por sacerdotes irlandeses a lo largo de décadas. Esto, mientras siguen estallando los escándalos de pedofilia por parte de curas en Suiza, Italia y Alemania y hasta lanzan acusaciones de encubrimiento hacia el mismísimo pontífice.
1) La palabra papa, que designa al jefe máximo de la iglesia católica, puede tener inicial mayúscula o minúscula. Sin embargo, las obras de normativa de la lengua sugieren que si esta voz —como en el ejemplo que analizamos— va seguida del nombre del personaje, se escribe con minúscula; si no se menciona el nombre, se pone mayúscula: Informan que el Papa visitará Ucrania.
2) El verbo abusar se emplea con la preposición de y no en voz pasiva: se dice “abusó de ellos” y no “fueron abusados por él”. Corregimos con la frase verbal “ser objeto de abuso sexual”.
3) Para referirse al caso de violación de menores debe emplearse la palabra pederastia (“Abuso sexual cometido con niños”), no pedofilia (“Atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes”). En la pederastia se consuma el hecho; la pedofilia es inclinación.
Con las correcciones tenemos:
Mucho más seria y gravemente, el papa Benedicto XVI hizo pública hace unos días una carta en la que pide disculpas a los miles de chicos que fueron objeto de abuso sexual por sacerdotes irlandeses a lo largo de décadas. Esto, mientras siguen estallando los escándalos de pederastia por parte de curas en Suiza, Italia y Alemania y hasta lanzan acusaciones de encubrimiento hacia el mismísimo pontífice.