En el portal del diario chileno La Tercera del 16 de marzo de este año, con el título “De 1.700 hectáreas a sólo una: así se redujo el espejo de agua del Lago Peñuelas”, se lee en el artículo de Francisca Mayorga:
El experto augura que nuevas políticas para enfrentar la sequía “requerirán de discusiones sobre ordenamiento territorial, distribución y manejo del agua, balance hídrico y adaptación al cambio climático. En algún punto tenemos que decidir si nos transformamos en un país con capacidad adaptativa (para lo cual debemos cambiar varias regulaciones actuales, así como decisiones respecto al agua), o simplemente seguimos trabajando reactivamente, tratando de apalear la sequía con instrumentos temporales de corta efectividad en el largo plazo”.
Comentario
La autora confunde el verbo “apalear”, que significa dar palazos, con paliar, esto es, atenuar algún efecto adverso.
Podríamos decir por ejemplo:
El experto augura que nuevas políticas para enfrentar la sequía “requerirán de discusiones sobre ordenamiento territorial, distribución y manejo del agua, balance hídrico y adaptación al cambio climático. En algún punto tenemos que decidir si nos transformamos en un país con capacidad adaptativa (para lo cual debemos cambiar varias regulaciones actuales, así como decisiones respecto al agua), o simplemente seguimos trabajando reactivamente, tratando de paliar la sequía con instrumentos temporales de corta efectividad en el largo plazo”.