Un niño de ocho años, Sanele Masilela, asegura que se le apareció el fantasma de un ancestro fallecido, que le obligó a casarse con una mujer de 61 años, en Sudáfrica.
Tras escuchar el relato de la aparición, la familia del menor organizó la boda por temor a un “castigo divino” en caso de contradecir la voluntad del espectro, según las creencias vigentes en Tshwane, lugar de procedencia de la familia del chico.
Para el matrimonio con Helen Shabangu, casada y madre de cinco hijos, pagaron 750 dólares por la novia y 1,500 dólares para la celebración con cien invitados.
La familia del menor asegura que el matrimonio realizado no es vinculante y que sólo se realizó para complacer al fantasma y evitar el castigo.
Foto: dymontiger.livejournal.com
