Con motivo del relanzamiento de la Oficina de Investigación de Fenómenos Aéreos Anómalos de la Fuerza Aérea de Perú (FAP), el comandante FAP Julio César Chamorro, presidente del Comité Consultivo de la Dirección de Intereses Aeroespaciales (Dinae), aseguró que la costa sur del Perú es el lugar favorito para la visita de ovnis.
Explicó que los seres extraterrestres existen, nos visitan, interactúan con nosotros e incluso se han registrado secuestros y que un encuentro con ellos podría darse en cualquier momento, por lo cual debemos estar preparados. Para Chamorro, el contacto con extraterrestres "será el evento del Siglo XXI".
Otros miembros de este consejo de asesores precisaron que está comprobado que los aterrizajes de extraterrestres causaron transmutaciones físicas y químicas del suelo. Giorgio Piacenza afirmó que "al año se registran en el mundo entre 40 mil y 50 mil casos".
Para el investigador, estos avistamientos suceden en especial en países de América Latina, donde se practica el espiritismo, el curanderismo o el chamanismo, porque estos seres prefieren por ahora los contactos psíquicos y agregó que en el Perú la zona de la costa sur recibe mayor número de estas visitas.
Seres agresivos
El especialista advirtió ue muchos de estos visitantes son agresivos, hasta secuestran a personas, las llevan al espacio exterior inconscientes para estudiarlas y luego las regresan.
Manifestó que investigar este fenómeno es necesario por estar relacionado con la seguridad nacional.
Recordó qie FAP ostenta uno de los casos más sorprendentes del mundo, que se expone en muchos foros o conversatorios sobre avistamientos en el espacio. Se trata del combate de un piloto FAP contra un ovni sobre la base militar de La Joya, en Arequipa, hiecho que se registró incluso en los archivos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
Se trata del piloto Oscar Santa María Huertas, a quien la mañana del 11 de abril de 1980 ordenaron destruir un extraño globo que aparentemente espiaba el cuartel militar, ante cerca de un millar de testigos.
Santa María despegó en un Sukhoi 22 y atacó el objeto con ráfagas de obuses. Daba en el blanco, pero los proyectiles eran recibidos por la nave sin afectarla, y ascendía incólume a gran velocidad.
"Tenía unos 10 metros de diámetro, parecía esmaltado y estaba sobre una base metálica. No tenía ventanas, motores u otro sistema visible de propulsión", relata y añade que luego de 20 minutos de combate tuvo que aterrizar porque se le acababa el combustible, pero el ovni permaneció unas dos horas más en el cielo "a vista de toda la gente; hasta ahora me da escalofríos", narra.
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