por Mikel Itulain
La guerra contra Siria y la hipocresía y falta de ética y de profesionalidad de los medios de comunicación corporativos.
En el nuevo ataque internacional que se está llevando a cabo ahora contra Siria se repiten las tácticas empleadas contra Libia. De momento no han podido bombardear el país porque ha habido una fuerte oposición internacional expresada en el movimiento de países no alineados, que representan a más del 60% de la población mundial y que está encabezado en Naciones Unidas a través de Rusia y China. Pero la desinformación, falsificación y ocultación de datos y hechos, mintiendo sobre la autoría de crímenes o silenciándolos, se han hecho cotidianas. Se vuelve a la versión de blanco y negro para que no haya una reflexión y análisis sobre la situación real.
Aunque estos medios lo han tratado de ocultar, el actual presidente sirio cuenta con un considerable respaldo popular y está siendo apoyado incluso por los opositores democráticos que ven el peligro del triunfo por la violencia de los radicales islámicos, como ocurrió en Libia.151a Y nos guste o no, son los sirios quienes tienen que decidir su futuro sin injerencias externas violentas. Pero la prensa y las televisiones trataron de manipular los hechos, falsificándolos, así mostraban imágenes de grandes manifestaciones que supuestamente se oponían al presidente Assad cuando en realidad eran a favor de él. En las fotos siguientes se muestran algunos ejemplos de estas falsificaciones. En las fotos 1 y 2 se ve como importantes manifestaciones en favor del presidente sirio se catalogan como protestas contra el actual gobierno. En ellas se pueden ver claramente imágenes del presidente Assad y de la bandera oficial siria, la explicación está a pie de foto:
Foto 1: de Europa Press, publicada en varios medios. Ej. Público: 1.8.2011.152 Indicando que: “Ciudadanos sirios salen a la calle para protestar sobre el Gobierno”, pero la manifestación es a favor de Assad.
Tomada de LibreXpresion.org, donde se ha iluminado la cara del presidente Assad para que se vea más claramente todavía la manipulación.
Foto 2: Manifestación contra el gobierno sirio [Según ABC]. ABC.22.06.2011.153
Aunque en realidad es a favor de él, se aprecian muchas fotos de Assad, el presidente, las dos estrellas de la bandera oficial siria así como el color rojo de su banda superior; la de los rebeldes, la antigua bandera colonial, tiene tres estrellas rojas y el color de su banda superior es verde. Todo esto también se aprecia en la foto superior.
El fraude periodístico resulta hasta descarado y en cierto modo es un insulto a la inteligencia de sus lectores, ya que los toman por ignorantes o tal vez por demasiado estúpidos como para no saber identificar a la bandera siria o las fotos de su presidente actual.
Otro aspecto destacado en lo que se comenta a través de prensa, radio y televisión, es que continuamente hablan de matanzas de civiles por parte del gobierno, pero no muestran evidencias. Para dar las referencias recurren a fuentes directamente relacionadas con los opositores que tratan de derrocar el régimen, opositores que viven fuera y están financiados desde fuera por Estados Unidos y Gran Bretaña.153a Una de estas fuentes aparece de forma constante, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Esta organización con una persona en ella, Rami Abdelrahman, y con base solo en Londres, por lo que no está presente directamente en Siria, tiene una estrecha relación con las administraciones británica y norteamericana. Ver el informe de Tony Cartalucci sobre esta supuesta “ONG” y otras similares que dicen representar a Siria: ONGs sirias trabajando directamente con el gobierno británico-Syrian NGOs working directly with british government.154 Este conglomerado de organizaciones supuestamente humanitarias están vinculadas a la NED (National Endowment for Democracy), que defiende los intereses del mundo de los grandes negocios estadounidenses; y están financiadas por las corporaciones económicas y financieras, junto con el Departamento de Estado de EE.UU. o también por la UE. De ahí se entiende de dónde están recibiendo la información real los medios y qué fin tiene. Tanto EE.UU. como Gran Bretaña no están buscando una solución democrática real, porque de hecho están apoyando otra vez a los extremistas islámicos que están inundando de terror el país. Los sucesos en la ciudad siria de Homs son otro ejemplo del tipo de propaganda de guerra que se está haciendo: aquí los grandes medios de comunicación solo hablaban de una horrible masacre de civiles que eran bombardeados por el gobierno sirio, pero no decían nada que allí estaban esas organizaciones de “rebeldes” masacrando a civiles, no solo a soldados del ejército. Der Spiegel informaba sobre algo de lo que no se hablaba prácticamente nada en la prensa corporativa: en entrevistas realizadas a estos “rebeldes”, ellos les confesaban sus fechorías, por ejemplo Abou Rami Rafik Husein, “quien reconoció que desde el verano pasado su cuadrilla mató a tiros a 150 personas, y dijo que la cuadrilla del entierro en la que opera Husein, mató entre 200 y 250 personas”.155 Bien, la versión de los medios en España de los hechos de Homs se enfocaba en una misma dirección en sus titulares, otra vez sin evidencias que lo mostrase: “Los rebeldes sirios denuncian una matanza de mujeres y niños en Homs”, titulaba El País el 13.3.2012; ABC el 12 de marzo indicaba prácticamente lo mismo: “Los rebeldes denuncian una nueva masacre en Homs: 47 mujeres y niños asesinados”. Y aunque en el artículo aparecía que el gobierno acusaba también a los llamados rebeldes, esto se mostraba con menor profusión. El titular culpabilizaba al gobierno de la matanza de niños, denunciado por los “rebeldes”, que no eran en ningún momento calificados como terroristas, cuando en otros casos, como en el caso palestino, este adjetivo aparece de inmediato, y siempre se justifica la acción del ejército israelí, aunque constituya un claro crimen de guerra. En el caso sirio, como en el libio, las evidencias están mostrando que estos grupos armados por el exterior no son sino mercenarios sin escrúpulos al servicio de un poder mayor; estamos hablando de auténticos terroristas, cuyo único objetivo es ese, aterrorizar a la población, que no los apoya, para obtener objetivos económicos y políticos. Pero en modo alguno vemos esa calificación hacia ellos en la prensa o en la televisión, que sería en este caso rigurosa y apropiad; y esto es así porque están sirviendo a los intereses de la élite económica de los países occidentales. Respecto a la situación de Homs, se informó que el gobierno Assad mostraba su crueldad bombardeándola, sin mostrar tampoco evidencias claras sobre ello, lo que no decían era que en zonas de la ciudad estaban las organizaciones islamistas fuertemente armadas, con armamento pesado que podía destruir los tanques.
Motivo por el que el ejército no podía hacer una incursión directa. Una imagen de Reuters circuló con todo el descaro por los medios, indicando en ella que “los tanques del Ejército recorren las calles en ruina de Homs” (Público, 7.2.2012). Y era con descaro porque los tanques se ven en la foto claramente destrozados y reventados por la acción de misiles, algo que no se mencionaba en los artículos y que muestra que los fundamentalistas estaban muy bien armados, con armamento muy sofisticado y caro, como los misiles antitanque Milan.156 Poniendo en evidencia una vez más la naturaleza de la oposición siria y quién está detrás de ella.
Imagen de Reuters comentada.
El Mundo (23.9.2011) y La Vanguardia (23.9.2011), también en esta línea de causar indignación y alarma en los ciudadanos occidentales mediante dramáticos titulares, denunciaban que una mujer joven, Zeinab al-Hosni, había sido: “decapitada, mutilada y despellejada en una cárcel siria”, tras ser secuestrada por las fuerzas de seguridad sirias también en Homs y citaban que lo había denunciado Amnistía Internacional. Un crimen horrible que causaba indignación, como los que presuntamente se produjeron en Bélgica por parte de los alemanes en la Primera Guerra Mundial, pero como aquellos resultó ser falso; y esto no lo descubrieron los medios citados o la propia Amnistía Internacional, sino que lo emitió una cadena que les hace la competencia a nivel internacional, Russia Today, donde se mostraba a la chica, Zeinab, viva en un video y denunciando que se hubiese utilizado su imagen para crear esa historia. “A veces los mártires sirios ´resucitan´”, indicaba la cadena internacional el 6 de octubre de 2011.
Los grandes medios corporativos occidentales, que representan a los intereses económicos de las transnacionales y al sector financiero, han seguido un guion muy similar en Siria respecto a lo realizado en Libia, ya que Siria tampoco está ofreciendo la sumisión o los servicios que pide este poder económico mundial. También hay otras cadenas mediáticas como Al Jazeera, en manos de la dictadura catarí y enemigos acérrimos de Siria y también de Libia, que han emitido una información tan sesgada y censurada para justificar un ataque militar, que llevó a la plantilla de periodistas del canal en Beirut a dimitir. El corresponsal, Ali Hashem, denunció por fin su hartazgo ante la negación de la cadena a emitir las imágenes en las que se veía un combate armado entre los islamistas y el ejército y las muertes provocadas en Bahréin por la represión de las protestas. El periodista y autor de Al Jazeera, Afshin Rattansi, indicaba que:
Es muy preocupante oír como Al Jazeera se está convirtiendo ahora en este actor regional para la política exterior en una forma que alguien probablemente diría que la BBC y otros han estado durante décadas.
La forma que Al Jazeera ha cubierto la historia de Siria es completamente parcial.
En realidad sí es muy preocupante ver realizar a los medios de comunicación este papel de justificar o promover guerras o ataques militares por motivos comerciales. Han conseguido deformar tanto la realidad y polarizarla de tal modo, que resulta incluso difícil hablar con muchas personas, incluso cultas, con normalidad y objetividad sobre asuntos internacionales.
La desinformación mediática causa estragos en una sociedad.
La falta de libertad y de valentía de las corporaciones mediáticas la muestran muy bien también David Edwards y David Cromwell, en su importante trabajo: Los guardianes del poder, el mito de la prensa progresista. En el comentan como un periodista de la BBC, John Leyne, le preguntaba al ministro sirio de emigración en el año 2005 lo siguiente:
¿Está el presidente dispuesto a plantar cara a la fortuna y al poder del puñado de gente –por todos conocido en esta sala- dueño de la mayor parte de la riqueza de Siria?
La respuesta que dan estos dos autores es inmediata ante la hipocresía del periodista:
Resultaría inconcebible que un periodista de la BBC hiciera una pregunta semejante en una conferencia de prensa en los Estados Unidos o en Gran Bretaña.
¿Se imaginan una pregunta así a Obama, Cameron o Rajoy?: ¿A ver si iban a plantar cara ellos a las grandes fortunas y al puñado de poderosos que controlan el país? Imposible. Aquí se ve claramente cuál es la libertad, la parcialidad y la hipocresía existentes; y cuál es la misión de esos grandes medios de comunicación. ¿Por qué no denunciar y plantar cara a esas grandes fortunas que no solo poseen la mayor parte de la riqueza en Estados Unidos, Gran Bretaña o España, sino que además atacan, invaden y destruyen otros países para quedarse con la riqueza y bienes de estos? El silencio que sigue a esta pregunta suele ser ensordecedor.