Ayer a mediodía, antes de almorzar con los patriarcas y obispos del Líbano y los miembros del Consejo Especial del Sínodo para Oriente Medio, en la sede del Patriarcado Armenio Católico de Bzommar, el Papa agradeció al patriarca S.B Nerses Bédros XIX Tarmouni y al Superior del Instituto del Clero Patriarcal su invitación.
“La Divina Providencia -dijo- ha permitido nuestro encuentro en este convento de Bzommar, tan emblemático para la Iglesia católica armenia. Su fundador, el monje Hagop, apodado Méghabard – el pecador –, es para nosotros un ejemplo de oración, de desprendimiento de los bienes materiales y de fidelidad a Cristo Redentor. Hace 500 años, promovió la impresión del Libro del Viernes estableciendo así un puente entre el oriente y el occidente cristianos. En su escuela, podemos aprender el sentido de la misión, la fuerza de la verdad y el valor de la fraternidad en la unidad. Mientras que nos disponemos a retomar fuerzas con este almuerzo, preparado con tanto amor y ofrecido generosamente, el monje Hagop nos recuerda también que la sed espiritual y la búsqueda del más allá deben siempre habitar en nuestros corazones, ya que, ¡está escrito: ‘No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca del Dios'”.
“Queridos amigos, por intercesión de los Apóstoles Bartolomé y Tadeo, y de san Gregorio el Iluminador, pidamos al Señor que bendiga la comunidad armenia, duramente probada a través de los tiempos, y que envíe a su mies numerosos obreros y santos que, por Cristo, sean capaces de cambiar la faz de nuestra sociedad, de curar los corazones desgarrados y de volver a dar ánimo, fuerza y esperanza a los abatidos. Gracias”.