Italia: Eluana Englaro, ¿eutanasia o adistanasia?

Por Rocío Ferrel

Eluana Englaro, de 38 años, vivía en coma vegetativo desde 1992; su muerte causa polémica en muchos países y acalorado debate político en Italia. ¿Se discute la eutanasia o la adistanasia?


En tropical actuación, el jefe de gobierno Silvio Berlusconi exclamó “Eluana no murió de muerte natural, fue asesinada"; el mismo había intentado a través de una ley urgente bloquear la sentencia del Tribunal Supremo que autorizó en diciembre pasado interrumpir la alimentación artificial a Eluana.

En cuanto a la Iglesia católica, al parecer, llevados por la prensa amarilla, están tratando el caso como si fuese eutanasia y no adistanasia.

Eutanasia

Eutanasia (del griego ε, bien, y θνατος, muerte) es adelantar la muerte de un paciente por cualquier método, directo o indirecto, con o sin consentimiento de él. Si el enfermo está consciente de su situación, pide terminar con su vida o la termina con ayuda de un tercero.

Esta práctica se puede realizar legalmente, en los países que así lo disponen, e implica poner fin a la vida por diversos motivos: para evitar dolores y molestias, para rematar heridos agonizantes, en el campo de batalla o para eliminar ancianos en fase decrépita.

La bioética católica condena la eutanasia, “... la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios en cuanto a eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana”, nos dice la encíclica Evangelium Vitae.

Distanasia

Para la bioética católica, es distanasia retrasar la muerte prologando la vida de enfermos desahuciados sin esperanza de recuperación por medios no ordinarios, sino extraordinarios y costosos en sí mismos o en relación con la situación económica del enfermo y su familia.

Ello implica impedir morir en paz a la persona y significa un afán desmesurado de prolongar la vida humana, muchas veces en estado vegetativo.

La bioética católica considera que no es inmoral, sino hasta a veces recomendable suspender el tratamiento para mantener una vida puramente vegetativa. Nadie está obligado a recurrir a tratamientos extraordinarios para prolongar la vida de un moribundo o un desahuciado en estado vegetativo.

Pero para esas decisiones se debe tener en cuenta el deseo de la familia y el parecer de los médicos, quienes deberán juzgar si los tratamientos o el sostenimiento artificial de la vida no tendrán beneficios o no revertirán el estado vegetativo.

Adistanasia o antidistanasia

Es adistanasia o antidistanasia el dejar morir en paz a un paciente desahuciado, con mayor razón si se encuentra en estado vegetativo irreversible, sin prolongarle artificialmente la vida.

Eluana se encontraba 17 años en coma vegetativo irreversible y su vida era mantenida de manera artificial y costosa, sin ninguna esperanza de recuperación. Siendo el caso de Eulana el de una enferma en estado vegetativo irreversible, estaríamos en un caso de adistanasia ante el hecho de retirarle los medios artificiales que la mantenían con vida. Si esto es así, el hecho no resultaría inmoral desde el punto de vista de la bioética católica.

Sorprende entonces que algunos representantes de la Iglesia, sumándose al escandaloso Berlusconi, traten al caso como una simple eutanasia y no como lo que realmente es: adistanasia o antidistanasia.

Desde el punto de vista de la bioética católica, resulta entonces necesario y urgente establecer precisiones puntuales para diferenciar la eutanasia de la adistanasia tomando en cuenta condiciones clínicas concretas y precisas que eviten pronunciamientos de clérigos que parecen sumarse a la bulla política que generan personajes que buscarían sólo protagonismo.