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Por Aldo Luna

Desde la Guerra del Pacífico entre Chile, Perú y Bolivia las heridas de ese conflicto se mantienen, especialmente en Perú, por los atropellos cometidos por las tropas chilenas durante la ocupación de la ciudad de Lima, existiendo desde entonces un deseo de revancha y reconquista de los territorios perdidos. Por tal razón sus Fuerzas Armadas están en permanente alerta, renovando su equipamiento militar, lo que no sucede con Bolivia que pregona ser un país pacifista, pese a que perdió su litoral marítimo.

En caso de un conflicto armado entre Perú y Chile, Bolivia no podrá sustraerse a sus consecuencias, porque sería la única oportunidad que tendría para recobrar sus costas marítimas. Existe un diferendo marítimo por la demanda presentada por los peruanos ante el Tribunal de La Haya, para que Chile reconozca soberanía en un área de 100.000 kilómetros cuadrados en el Pacífico, por tener riqueza pesquera la zona. Se espera que el fallo del tribunal internacional salga en diciembre, razón por la cual hay un estado de tensión que puede alterar la paz del Continente. A ello se debe el constante armamentismo en ambos países.

Chile, por su parte, sigue manteniendo su política agresiva y premeditada, al no retirar 150.000 minas antitanques sembradas en 1970, en el gobierno de Augusto Pinochet, en las fronteras de Perú y Bolivia, pese a haber firmado el Tratado de Ottawa en 1997.

La Fuerza Aérea del Perú sigue modernizando sus aviones de combate, entre ellos los Mirage 2000 de procedencia francesa y los MIG-29, invirtiendo 266 millones de dólares. El centro de este núcleo aéreo de combate está en el sur de Arequipa, en La Joya, que cuenta con hangares subterráneos, igual que en Tacna. La potencia de fuego de la Fuerza Aérea Peruana para ataque y defensa es grande, lo cual Chile ve con recelo. El ejército peruano tiene por lo menos 80.000 hombres en pie de combate, con dotación de armamento moderno.

Chile constantemente se potencia porque sabe que tiene tres enemigos en sus fronteras: Perú, Bolivia y Argentina, en este último caso porque los chilenos dieron bases de abastecimiento a los aviones ingleses en el conflicto por Las Malvinas. Chile se jacta de su poderío militar al extremo que afirma que harán cumplir el Tratado de 1904 con las armas.

Bolivia está rezagada en su preparación militar, su ejército se reduce a guarniciones con conscriptos en mínima proporción y con armamento anticuado. Chile al ver esta debilidad se permite decir que ocuparía Bolivia en una guerra de horas. Por eso el potenciamiento militar es necesario, para no quedar sin defensa y mucho menos ataque. Tenemos que estar preparados para que no se repita la agresión de 1879 y por ello debemos reforzar la vigilancia en las fronteras, ya que nuestros recursos naturales son motivo de ambición foránea.

El ejército boliviano desde 1979 no ha renovado su material bélico. Las unidades militares deberían ser de despliegue rápido, para cualquier contingencia. Es importante tener infantería mecanizada, tropas de montaña entrenadas, carros de asalto, tanques y tanquetas. Carecemos de misiles de alcance intermedio y baterías misileras. La Fuerza Aérea Boliviana no cuenta con aviones modernos de combate y los pocos que existen están en bases de El Alto y Santa Cruz, siendo la mayoría de entrenamiento. Necesitamos aviones y helicópteros de combate y de transporte de tropas.

La Asamblea Legislativa y la Comisión de Defensa deben aprobar una ley para renovar el armamento militar, con la creación de un impuesto por concepto de hidrocarburos. Además si la Empresa Siderúrgica del Mutún no funcionara, podría darse una comercialización y explotación conjunta entre COMIBOL y COFADENA, con ingresos para potenciamiento militar. Como las relaciones con China y Rusia pasan por un buen momento, se podría conseguir créditos blandos y comprar armamento militar.

Opinión, La Paz 31-05-2012

http://www.eldiario.net/noticias/2012/2012_05/nt120531/opinion.php?n=36&-armamentismo-de-peru-y-chile-bolivia-rezagada