El exagente estadounidense John Kiriakou puede pasar en prisión dos años y medio por haber revelado el nombre de un presunto torturador de Guantánamo
El exagente de la CIA John Kiriakou será probablemente “el primero en ir a prisión” por las torturas en Guantánamo, pero él no torturó a nadie: filtró un nombre clasificado relacionado con estas prácticas, según medios estadounidenses.
El próximo 25 de enero Kiriakou, padre de 5 hijos, puede ser sentenciado a 30 meses de cárcel tras haber reconocido su culpabilidad en octubre de 2012 para evitar una condena mayor. Los especialistas independientes denuncian “dobles estándares” del Gobierno de los EE. UU., ya que el ex agente no participó en las torturas, mientras que los presuntos torturadores continúan en libertad.
En 2008, un periodista que se presentaba como independiente preguntó a Kiriakou el nombre de un oficial que supervisaba un programa de captura de supuestos terroristas y su traslado a cárceles como Guantánamo. El oficial presuntamente estaba relacionado con los maltratos de encarcelados. “Kiriakou no creía que el nombre de ese oficial todavía fuera secreto. Lo consideraba retirado”, indica el autor del blog ‘The Dissenter’.
“La ironía de toda esta historia es que él sería el único agente de la CIA encarcelado por un caso relacionado con torturas”, dijo a ‘The New York Times’ Bruce Riedel, veterano de la inteligencia estadounidense. “El Departamento de Justicia ha decidido no procesar a nadie de la CIA”, incluyendo a los implicados en la muerte de reos torturados, añade ‘The Dissenter’.
Por otro lado, ‘The New York Times’ destaca que muchos ex agentes sirven de fuentes de información exclusiva para los medios o son autores de libros sobre su trabajo secreto porque la gente “tiene derecho a saber, sin limitaciones, lo que el Gobierno está haciendo con su dinero y en su nombre”.
El proceso judicial contra Kiriakou tuvo también un impacto muy directo en la vida de su familia. Su mujer, destacada especialista sobre Irán para la CIA, perdió su trabajo. Además, la familia tuvo que alquilar su casa de Arlington, Virginia, y mudarse a una mucho más pequeña para poder afrontar los gastos relacionados con el proceso.
Russia Today, 08.01.2013