Ante las versiones que apuntan a un complot que haya presionado para la renuncia de Benedicto XVI, su hermano, el sacerdote Georg Ratzinger, de 89 años de edad, aseguró que la renuncia de Benedicto XVI fue una "decisión justa" y que todavía no es tiempo para un "Papa negro".
"La teoría del complot contra Benedicto XVI es simplemente absurda", declaró a la agencia italiana de noticias ANSA, pero admitió que el Papa pasó por momentos difíciles a causa de la publicación de documentos privados del Estado papal, escándalo conocido como "Vatileaks".
Manifestó que Benedicto XVI ha estado preocupado por las revelaciones de sus documentos privados, por "la traición" de su secretario Paolo Gabriele, por "el clima de veneno y los escándalos que pasaron por la Iglesia en los últimos años".
Pero subrayó que el Papa también ha visualizado las cosas muy positivas de nuestra Iglesia. Esos eventos no han tenido ningún papel en su decisión de abandonar. Eso sólo se adquiere en la base de un razonamiento objetivo", comentó Ratzinger.
Reconoció haber estado al tanto de la renuncia hace meses. "Por supuesto ha sido una decisión difícil, como todas las que se refieren al contenido de toda una vida. Cuando te haces mayor, tu vida cambia. No hay más capacidad de la juventud, y la del Papa es una tarea que requiere que usted esté en la plenitud de su fuerza, para poder hacer frente a los problemas. Las fuerzas del Papa, sin embargo, son un poco menos todos los días", afirmó.
Georg Ratzinger cree que el próximo Papa puede ser italiano, porque "son muchas las personalidades capaces entre los cardenales italianos", pero descartó que se elija a "un papa negro en estos momentos", aunque calificó de capaces a varios de ellos.
Tampoco cree que el nuevo Papa sea alemán. A diferencia de 2005, cuando Ratzinger aparecía como el continuador natural de Juan Pablo II, hoy "no hay un favorito", dijo y sostuvo que su modelo de pontífice es "un Papa que pueda dialogar mejor con el continente africano y con Sudamérica".