El padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, explicó este martes a la prensa que Benedicto XVI lleva instalado un marcapasos desde hace tiempo, y que hace tres meses pasó por una cirugía menor para renovar las baterías del marcapasos.
Explicó que el Romano Pontífice, pese a estas circunstancias, no tiene mala salud y que ha estado lúcido y sereno en la decisión de renunciar.
Descartó que esta circunstancia tuviera ninguna influencia en la trascendental decisión del Papa, el primero en renunciar desde 1,415.
"No tuvo influencia en la decisión, las razones están en su percepción de que su fuerza había disminuido con su avanzada edad", ha dicho Lombardi. "El Papa siente que es su respuesta a la voluntad de Dios, la conclusión de una reflexión profunda de su conciencia", y "no es un resultado de ningún evento particular", subrayó.