Los primeros datos del análisis de la caja negra del avión ruso Su-24 derribado por Turquía se darán a conocer el 21 de diciembre.

Rusia dispone de todas las pruebas que permiten confirmar que el bombardero ruso Su-24 derribado en noviembre por un caza turco F-16 no violó el espacio aéreo de Turquía, según dijo este viernes el comandante adjunto de la Fuerza Aérea de Rusia, Serguéi Drónov.

rescate piloto ruso nov 2015

El análisis de la caja negra del avión será totalmente accesible tanto para los expertos rusos como para los extranjeros. Aún no se ha trabajado con la caja negra, que se encuentra en las mismas condiciones en las que fue encontrada, informó el Ministerio ruso de Defensa. Los primeros datos de su análisis se darán a conocer el 21 de diciembre.

Los datos publicados por Rusia sobre la situación aérea en la zona donde se produjo el ataque contra el Su-24 en Siria no han desmentidos por nadie, ni siquiera por Turquía. Según el Ministerio ruso, expertos de China y Reino Unido han acordado participar en la investigación del derribo.

"Un golpe por la espalda"

El pasado 24 de noviembre las Fuerzas Aéreas de Turquía, en concreto un caza turco F-16, derribó un bombardero ruso Su-24 que participaba en la operación aérea contra el Estado Islámico en Siria. Según el Ministerio ruso de Defensa, el avión siniestrado sobrevolaba territorio sirio y no violó la frontera con Turquía, tal como señalan distintos medios objetivos de control, agregó el ministerio. El avión cayó en una zona que los turcos conocen como Montaña Turkmena, en el norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía.

Las relaciones entre Rusia y Turquía se enturbiaron a raíz del incidente. El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó lo ocurrido de "golpe por la espalda" a manos de los cómplices de los terroristas, y firmó un decreto con medidas para garantizar la seguridad nacional. Asimismo, Moscú adoptó medidas económicas especiales en relación a Turquía.

El piloto Oleg Péshkov, que logró cataputarse, murió por los disparos de milicianos efectuados desde tierra. El copiloto, Konstantín Murajtin, fue rescatado con vida y evacuado a la base militar rusa de Jmeimim, en la ciudad siria de Latakia.

A la baja del piloto se unió la de Aleksandr Pozýnich, soldado de la Infantería de Marina rusa, que murió en Siria durante las operaciones de rescate del bombardero ruso Su-24 derribado por Turquía, cuando su helicóptero Mi-8 fue alcanzado por los disparos de un arma portátil.


Russia Today, 18.12.2015