Por Héctor Miranda
Las costas de África, a un lado u otro, se han convertido por años en pasto para la piratería y ningún barco que navegue por sus aguas puede hacerlo con tranquilidad absoluta, como quedó demostrado este lunes con el intento de secuestro de un buque con bandera panameña.
El navío fue tiroteado en el golfo de Guinea por individuos armados, que intentaron su secuestro, tal como ocurrió en oportunidades anteriores, lo mismo en la atlántica africana que en la del Índico, casi desde la misma salida del canal de Suez.
Por suerte para los tripulantes del portacontenedores MSC LUCIA, su llamada de auxilio llegó al antisubmarino ruso Vicealmirante Kulakov, que se encontraba cerca y envió un helicóptero al lugar para impedir la captura del buque, con toda la zaga que pudo haber traído, entre ellas el pago de sumas millonarias por la libertad de los marineros.
El MSC LUCIA navegaba desde Togo hacia Camerún cuando fue asaltado, pero los piratas lo abandonaron con destino a las costas africanas cuando vieron llegar la aeronave rusa.
AL MÁS PURO ESTILO DE HOLLYWOOD
En 2013 Tom Hanks se convirtió en el capitán Phillips, el capitán de un barco secuestrado en la costa africana de Somalia. El filme, basado en hechos reales, puso sobre el tapete la realidad de la navegación en la región y el peligro para las embarcaciones al salir o entrar por una de las vías más concurridas del mundo: el canal de Suez.
El capitán, luego de muchas peripecias, sobrevive al secuestro, tras un rescate aparatoso en el que estuvieron involucrados barcos y tropas de élite de la marina estadounidense, y los secuestradores sobrevivientes fueron condenados a largos años en prisión, pero el mal no se detuvo.
Incluso, ese mismo año hubo más de 200 asaltos en la costa oriental de África, algunos de los cuales tuvieron éxito, porque tampoco resulta fácil abordar y secuestrar un gran barco.
El mal, sin embargo, comenzó a cobrar fuerza allá por 2011, cuando hubo unos 40 ataques con éxito, según reportes de Oficina Marítima Internacional (IMB, por sus siglas en inglés) y aunque en 2012 se redujo a unos 15, analistas y autoridades insistieron en llamar la atención sobre la necesidad de eliminar las redes financieras y a aquellos que estaban detrás de los secuestros, en referencia a organizaciones terroristas acantonadas en países africanos, sobre todo del movimiento yihadista Al Shabab, relacionado con la organización terrorista Al Qaeda (proscrita en Rusia).
LOS ASALTOS SIGUEN
El golfo de Guinea también ha sido escenario de numerosos atracos e intentos de asalto y secuestro de embarcaciones, cuyas tripulaciones, luego de capturadas son llevadas a tierra, incluso a distancias de hasta 200 millas, para pedir millonarios rescates.
De los 195 asaltos registrados en 2020 en el mundo, 164 de ellos con éxito, según IBM, más de 80 correspondieron al golfo de Guinea, un accionar que convierte al Atlántico en un sitio peligroso para la navegación, por encima del Índico y de las costas del este africano.
El diario español El País citaba a principios de 2021 al Departamento de Seguridad Nacional de España y alertaba que los principales objetivos de los malhechores son los barcos petroleros y de carga, pero que han llegado, incluso a asaltar plataformas petroleras.
Usan, dice, lanchas rápidas, fusiles de asalto, generalmente Kalashnikov, pero también lanzagranadas e, incluso, picas y machetes.
Los asaltos a las embarcaciones en las costas de África están de moda, pero no solo se encuentran detrás las organizaciones terroristas, sino también la incapacidad de los habitantes de esas regiones costeras de encontrar medios de subsistencia por el agotamiento de las zonas de pesca, o las agrícolas. Aunque nada justifica la piratería, el secuestro y hasta la muerte de miembros de las tripulaciones.
De cualquier manera, la piratería marina sigue siendo un problema para el mundo moderno. Uno más de los ya habituales, y por suerte el último intento, el del portacontenedores MSC LUCIA, de bandera panameña, quedó solo en un susto, aunque no siempre estas historias suelen tener un final feliz.
Con información de Sputnik