España es uno de los países occidentales donde el apoyo de la población a la causa palestina es mayoritario
España es uno de los países occidentales donde el apoyo de la población a la causa palestina es abrumador, según una encuesta reciente realizada por YouGov, una empresa de investigación de mercado y opinión pública. Según sus propios datos, un 32% de la población española respalda a Palestina, mientras que solo un 12% lo hace en el caso de Israel.
Esta afinidad política hacia la causa palestina se refleja de manera desigual en el seno del actual gobierno de coalición en funciones.
Por un lado, el partido mayoritario, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), mantiene una posición que busca un supuesto equilibrio entre “el derecho de Israel a defenderse” y el llamado a respetar las vidas de los palestinos y la “legalidad internacional”. Dentro de esta perspectiva claramente liberal, Hamás es considerado desde la óptica del terrorismo, y no se tienen en cuenta las razones histórico-políticas que podrían explicar lo sucedido el pasado 7 de octubre en el contexto de la operación “Al Aqsa flood”.
El actual presidente del gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su reciente viaje a Egipto para asistir a la “Cumbre de la Paz Internacional”, reiteró el compromiso de España de seguir respaldando la “solución de los dos estados”, que implica el reconocimiento tanto de Palestina como de la Entidad Sionista. En un ejemplo claro de equilibrio liberal despolitizado, también hizo un llamado a la “necesidad” de que la comunidad internacional “proteja a todos los civiles”, tanto palestinos como israelíes, afirmando: “Necesitamos proteger a todos los civiles. Repito. A todos los civiles. Los rehenes deben ser liberados sin condiciones e inmediatamente, y aquellos que sufren en Gaza deben recibir asistencia”.
Esta postura, que podría describirse como “humanitaria”, no tiene en cuenta las dimensiones político-históricas de la situación en Palestina. Observa la situación desde la perspectiva del “conflicto” en el que se pueden identificar dos lados y no aborda el análisis crítico que pone de manifiesto la desigual distribución de poder en la cuestión palestina.
En el otro lado de la coalición gubernamental encontramos a PODEMOS, ahora integrado en la coalición SUMAR, y en particular a la ministra en funciones de Derechos Sociales y líder de PODEMOS, Ione Belarra. La ministra se ha convertido en una de las pocas voces europeas, con cargo gubernamental, que ha expresado de manera contundente su rechazo al “genocidio israelí en Gaza”.
En un vídeo compartido desde su cuenta personal en X, anteriormente Twitter, la ministra declaró que Israel había cortado todos los canales de comunicación en la Franja de Gaza, alegando que esto era un intento deliberado de encubrir las atrocidades que se estaban cometiendo.
También enfatizó que cada vez más europeos están preocupados por la situación y se preguntan: “¿Nadie va a hacer algo acerca de lo que está ocurriendo en Gaza?”
Belarra presentó varias propuestas concretas para el conjunto de la Unión Europea. Entre ellas se incluía la suspensión de las relaciones diplomáticas con Israel, la imposición de sanciones económicas como medida disuasoria contra aquellos responsables de la violencia en curso, así como la promoción del enjuiciamiento del Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ante la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra contra la humanidad.
La líder de Unidas Podemos también exigió que se establecieran corredores humanitarios en la Franja de Gaza y que la Unión Europea dejara de ser “cómplice de un criminal de guerra como Benjamin Netanyahu”.
Incluso instó al país titular de la presidencia de la UE, España, a distanciarse de la postura mantenida por Estados Unidos de apoyo inquebrantable a Israel y, en su lugar, buscar una solución con países del “sur global”.
No es la primera vez que Unidas Podemos expone abiertamente sus diferencias con el PSOE en cuestiones políticas sensibles, ya que el envío de tanques Leopard españoles y otras armas a Ucrania también ha causado fricciones entre los dos socios de coalición, al igual que distintos temas económicos y sociales controvertidos.
Las declaraciones de la ministra Belarra provocaron una respuesta por parte de la Embajada de Israel en España, que muchos medios han calificado de intromisión. En esta respuesta, se instaba al presidente en funciones, Pedro Sánchez, a “condenar inequívocamente” las posiciones de sus socios de coalición, después de que algunos de sus dirigentes hayan criticado los “crímenes de guerra de Israel en Gaza” y el “genocidio planificado” del pueblo palestino.
Rompiendo todos los formalismos y convencionalismos diplomáticos, la embajada sionista acusaba a algunos miembros del Gobierno español de “alinearse con este terrorismo tipo ISIS” en referencia al grupo palestino Hamás.
En su respuesta, no menos contundente, el Ministerio de Exteriores, en manos del PSOE, salió al paso de las críticas con la misma severidad: “El Gobierno de España rechaza tajantemente las falsedades vertidas en el comunicado de la embajada de Israel sobre algunos de sus miembros y no acepta insinuaciones infundadas sobre ello”.
La campaña de presión sionista contra el gobierno español se puede entender mejor si se considera que solo España e Irlanda han expresado críticas, sin romper el consenso liberal de ambas partes del conflicto, en relación a la actual campaña considerada como genocida por parte de Israel en Gaza. En este contexto, de manera similar a las declaraciones de Pedro Sánchez, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, afirmó que aunque “Israel está siendo amenazado y, por lo tanto, tiene derecho a defenderse, no tiene derecho a violar el derecho internacional humanitario”.
La campaña de la embajada sionista en España tampoco puede entenderse sin la colaboración de varios medios de comunicación del país que han criticado a la Ministra Belarra y han promovido la narrativa sionista de “lucha contra el terrorismo”. Esta movilización discursiva sionista busca estigmatizar a todas las personas que se atrevan a criticar, incluso desde perspectivas liberales que no pongan en riesgo la existencia misma de la Entidad, la actual campaña considerada como genocida en Gaza, catalogándolas como simpatizantes terroristas.
Las palabras de Belarra han causado impacto precisamente porque, incluso al condenar a Hamás, resaltan la vulnerabilidad del proyecto sionista frente a las críticas. En otras palabras, la propia supervivencia de la Entidad Sionista se fundamenta en la necesidad de mantener su visión política, que está desconectada de la opresión colonial que la sustenta.
Por XAVIER VILLAR
Hispantv, 29.10.2023