Por Vicky Peláez
Quien hace política pacta con los poderes diabólicos que acechan a todo el poder (Max Weber, 1864-1920).
Los golpes de Estado en América Latina siempre dejaron profundas huellas en la sociedad y el desarrollo socioeconómico en el continente. Dicen los psicólogos que tienen que pasar varias décadas para que se diluya la herencia de cada dictadura y que la gente se libere del miedo de la persecución, la tortura y la muerte. Hace dos meses se cumplieron 40 años del golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile, quien encabezó la dictadura en ese país entre los años 1973 y 1990, pero su legado sigue reflejándose en el quehacer diario del país, lo que se observó claramente durante las recientes elecciones presidenciales que tuvieron lugar el pasado 17 de noviembre.