De la “primavera verde” a la “democracia islámica”

protesta tahrir cairoPor Adrián Mac Liman*

A comienzos de la próxima semana, el alto mando de la Alianza Atlántica dará por finalizada su “misión humanitaria” en Libia. La guerra, pues hay que llamar las cosas por su nombre —la intervención en Libia ha sido una de la peores guerras coloniales de la era moderna— acaba con la caída y el más que humillante asesinato del dictador Gadafi, poniendo en entredicho las “altruistas” motivaciones de Occidente y su peculiar interpretación del vocablo “ética” a la hora de avalar los escasos, sino inexistentes valores humanos de los detractores del tirano. Curiosamente, esta vez nadie se atrevió a afirmar que “la muerte de Gadafi es el triunfo de la democracia”.  Porque no se puede hablar de democracia en este país-yacimiento de petróleo, en este territorio sin ley, que los militantes salafistas y sus aliados pretenden convertir en una… “democracia islámica”.

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En todos los tiempos, se habla mal, se da información negativa y calumniosa de quien se quiere atacar. En el caso del asesinado gobernante libio Muammar Qaddafi, lo tildaban de corrupto y ladrón, decían que tenía muchas cuentas a su nombre en diversos bancos del mundo. Ahora los asesinos y ladrones occidentales se dan con la sorpresa de que las cuentas con dinero libio se abrían a nombre de Libia, no a nombre de una persona en particular.

Benedicto XVI: El reino de paz de Cristo no se extiende con el poder o la violenciabenedicto xvi 19

"Como cristianos, estamos convencidos de que  el  aporte más valioso que podemos dar a la causa de la paz es la oración. Por eso nos encontramos hoy, como Iglesia de Roma, junto con los peregrinos presentes en la Urbe, a la escucha de la Palabra de Dios, para invocar con fe el don de la paz", señaló Benedicto XVI, quien presidió esta homilía hoy.

Españoles se retiran contentos tras participar en asesinatos en Libiabombardeo tripoli 2011

La Unión Europea va poniendo término a la fase inicial de la colonización de Libia, para lo cual utilizó aviación y fuerzas especiales de la OTAN, el brazo armado de la Unión Europea. Entre los países participantes en la criminal agresión colonialista contra Libia está España, que habiendo satisfecho sus metas homicidas y de injerencia en asuntos políticos de Libia, retira sus fuerzas militares que había enviado a ese país del Norte de África.