Un estudio realizado en la Universidad de Bradford indica que los padres fumadores transmiten a sus hijos ADN dañado, que aumenta el riesgo de cáncer.

 

Los hijos de estos fumadores heredan genes que pueden desarrollar cánceres infantiles, en especial de leucemia, advierten los investigadores.

La doctora Ana Anderson, quien condujo el estudio, advierte que el riesgo es mayor si se fuma en las 12 semanas antes de la concepción, porque las células espermáticas fértiles  tardan ese tiempo en formarse, por lo cual los padres deberían abstenerse de fumar durante ese periodo.