Una fruta resulta un buen aperitivo, que debe ser acompañado de el consumo de agua, pues los niños se deshidratan con mayor facilidad

La ingesta de un alimento entre las tres comidas principales del día (desayuno, almuerzo y cena) es ideal para los niños en edad escolar pues les ayudará a mantener la energía que demanda la jornada estudiantil, señaló la Lic. Geraldine Maurer Fossa, nutricionista de la Dirección de Promoción de la Salud del Ministerio de Salud (MINSA).

 

Entre el desayuno que ingieren los niños antes de ir al colegio  y la hora del almuerzo transcurren entre 5 y 6 horas, lo mismo ocurre entre el almuerzo y la cena; por eso es aconsejable que se alimenten cinco veces al día con alimentos saludables.

“Una vez que se ingiere el desayuno, pasada una hora ya presentamos hipoglicemia; es decir, el azúcar de nuestra sangre baja considerablemente y empezamos a sentirnos con sueño y hasta con un poco de mal humor; por ello es el momento perfecto para comer un snack, que en el caso de los niños sería la lonchera escolar y que debe de ser nutritiva”, dijo.

La especialista indicó que una fruta resulta un buen aperitivo, además aconsejó consumir líquidos porque los niños se deshidratan con mayor facilidad. En ese sentido, Maurer Fossa, afirmó que el MINSA trabaja con la promoción -en los colegios- del consumo de frutas en el periodo del recreo.

“Las escuelas deben ser saludables, los hogares también lo deben ser, evitando el consumo de alimentos que denominamos ‘chatarra’ o no saludables, son alimentos que tienen mucha azúcar mucha grasa trans”, refirió.

Agregó que este tipo de alimentos podrían consumirse, eventualmente, una vez por semana o cuando exista la oportunidad.

“Son grasas trans que dañan el sistema cardiovascular y predisponen el cáncer. El azúcar en exceso también genera obesidad y acostumbramos a los niños a consumir gran cantidad de azúcar. Si estamos en un ambiente saludable en la escuela, donde no hay este tipo de alimentos, entonces el niño ni va a pensar en ello”, manifestó.

La nutricionista comentó que muchas veces para los padres resulta más sencillo y rápido incorporar productos procesados en la lonchera o  dando dinero a sus hijos para que compre algún producto en el quiosco.

Ante ello recomendó enviar una fruta en la lonchera desde los primeros años de escuela, pues los niños, al ver que otros compañeros las consumen, se sentirán motivados y aprenderán a comerlas y disfrutarlas dado que es más difícil que en casa quieran probar nuevos alimentos.

“Los niños adoptan las costumbres de los padres, comen lo que comen estos, sobre todo la madre porque es la que, por lo general, define qué es lo que se va a comer en casa. Si a la mamá no le gusta la alcachofa, entonces el niño nunca la va a probar porque en su casa no la consumen”, comentó

Maurer dijo que lo ideal es que los padres hagan un análisis de lo que están comiendo, si lo están haciendo bien o mal, si están promoviendo el consumo la comida de mala calidad. “Hay que repensar esto porque los niños lo van a adoptar”, concluyó.