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Escuchar la música preferida puede mejorar la salud cardiaca y bajar los niveles de colesterol, según un trabajo realizado por científicos del Centro para la Cardiología Preventiva de la Universidad de Maryland.
La investigación evidenció que si un paciente escucha 30 minutos diarios de su música favorita no sólo le sirve como relajante mental, sino que los beneficios se extienden al cuerpo, beneficiando a los vasos sanguíneos, que se expanden y se limpian.
Al parecer, los efectos positivos en el organismo se producen al estimularse la liberación de óxido nítrico en el torrente sanguíneo, que ayuda a prevenir la formación de coágulos sanguíneos y de colesterol.
El estudio es parte de uno más amplio acerca de los efectos de la música en el cuerpo humano. Tratándose de los efectos mentales, los estudiosos determinaron que canciones de Red Hot Chili Peppers y de Madonna pueden mejorar la resistencia, mientras que los clásicos del siglo XVIII ayudan a la concentración.
En cuanto a los efectos benéficos en la corriente sanguínea, se halló que la clave no es el tipo de música, sino que la música sea la preferida del oyente, así como el volumen y el ritmo.
El doctor Michael Miller, director de la investigación, indicó que los efectos de la música en la corriente sanguínea duran sólo unos segundos, pero los efectos acumulativos de la música favorita duran y son muy positivos para las personas de todas las edades.
Miller agregó que buscan métodos baratos que no sean farmacológicos para ayudar a la salud cardiaca de los pacientes y creen que esta es la prescripción debida.
Este estudio tomó una muestra de hombres y mujeres saludables no fumadores de un promedio de 36 años, donde se halló que el diámetro de los vasos sanguíneos en la parte superior del brazo se expandían en un 26% en los voluntarios que escuchaban su música favorita.
Miller explicó que la expansión de los vasos sanguíneos indica que se liberaba óxido nítrico en el cuerpo, lo cual reducía el riesgo de formación de coágulos y LDL, que es una forma de colesterol relacionada con los ataques cardiacos.
Alerta inversa: cuidado con la música desagradable
El doctor Miller también advirtió que escuchar música que viene a ser estresante, que para muchos en el experimento era del tipo heavy metal y rap, puede encoger los vasos un 6%, lo cual es el mismo efecto que produciría comer una hamburguesa grande.
Recomendó a los padres que eviten escuchar la música de sus hijos adolescentes si los irrita o disgusta, porque puede tener un efecto similar al de los fumadores pasivos.
La música y los gimnasios
Estos estudios confirman estudios previos realizados por la Universidad de Brunel, en Londres, que confirman que los propietarios de gimnasios sabían desde hace mucho tiempo que la música puede mejorar el humor y aumentar el rendimiento atlético.
En el experimento, cuando los voluntarios escuchaban su música favorita aumentaban en 15% su rendimiento en una faja de trote. La mayoría de ellos no se daba cuenta de que estaba trabajando más fuerte.
