Un estudio realizado por por la asociación Cancer Research UK y Cancer Reasearch Worldwide señala que el azúcar de manosa puede ayudar a combatir el cáncer.
Este tipo de azúcar monosacárido se encuentra en forma natural en frutos como los arándanos, grosellas negras, arándanos, grosellas rojas, grosellas, jugo de arándanos, manzanas, melocotones, tomates, naranjas y arándanos contienen manosa, así como verduras: arvejitas verdes, col, berenjena, nabo, brócoli, entre otros.
La glucosa, contenida en los azúcares, es esencial para la vida. No obstante, el azúcar en la sangre es parte de lo que alimenta a los tejidos de nuestro organismo para crecer, pero también las células cancerígenas consumen azúcar para proliferar.
En el experimento, los estudiosos administraron manosa a ratones con cáncer de páncreas, pulmón y piel y comprobaron que el crecimiento de los tumores se hacía más lentos y no había efectos secundarios, indica el estudio publicado en la revista Nature.
Se incluyó manosa en la dieta de ratones con diversos tipos de cáncer y se evidenció que se puede mejorar los resultados de los tratamientos con quimioterapia. No obstante, se debe realizar pruebas adicionales para corroborar los efectos.
En ratones tratados con dos de los medicamentos de quimioterapia más utilizados, el cisplatino y la doxorubicina, los investigadores descubrieron que el tratamiento con manosa aumentaba los efectos de la quimioterapia, disminuyendo el ritmo de crecimiento del tumor y su su tamaño.
En otros tipos de cáncer, como la leucemia, el osteosarcoma (cáncer de huesos), el cáncer de ovario y el intestino, algunas células respondieron bien a la manosa y otras no. Los científicos creen que hay una relación entre los niveles que estas células tengan de una enzima que descompone ese tipo de azúcar.