Uno de cada tres casos de cáncer está relacionado con alcohol y drogas
El Ministerio de Salud (Minsa) informó que en el Perú un tercio de los miles de casos tratados por cáncer, está relacionado al alcohol y tabaco, por lo que exhorta a la población a no excederse en la ingesta de bebidas alcohólicas en este feriado.
El Ministerio de Salud (Minsa) informó que en el Perú un tercio de los miles de casos tratados por cáncer, está relacionado al alcohol y tabaco, por lo que exhorta a la población a no excederse en la ingesta de bebidas alcohólicas en este feriado.
A ello se suma los accidentes de tránsito que cobran cientos de vidas, no sólo la de los conductores y tripulantes, sino la de los peatones.
“Contrariamente a la creencia popular, el consumo de alcohol aminora la capacidad de reacción de la persona que lo ingiere. El organismo humano sufre una serie de trastornos a nivel visual, motor y cognitivo”, explicó el director de Servicios de Salud, de la Dirección General de Salud de las Personas, Dr. Javier Correa Tineo.
Está comprobado que el alcohol vuelve más lenta a la persona. “Puede tornarlo más eufórico, pero sus respuestas son menos coordinadas, y el raciocinio es un poco más lento también. Psicológicamente pueden presentarse complicaciones”, detalló.
El funcionario del Ministerio de Salud, advirtió además que un exceso de alcohol muy marcado produce una intoxicación aguda muy profunda que puede ocasionar una parálisis respiratoria, que de no tener asistencia, podría ocasionar incluso hasta la muerte.
Exhortación
En ese sentido, especialistas del Minsa pidieron no ingerir alcohol y si se da el caso ingerir estas bebidas en pequeñas dosis pues el hábito de esta ingesta también produce serios problemas a la salud entre ellos diversos tipos de cáncer como de cavidad oral, faringe, esófago, colon, estómago, recto, hígado, laringe y pulmón.
Con sólo beber alcohol excesivamente un sólo día, la persona no sólo ocasiona las conocidas “resacas” sino que puede ser causa de gastritis, taquicardias, intoxicaciones, disfunción eréctil, cáncer, problemas al sistema nervioso central, hígado, y múltiples demandas de atención hospitalaria.
En este sentido el consumo moderado de alcohol reduce el riesgo de otras enfermedades como las cardíacas, la apoplejía (enfermedad causada por la falta de irrigación de sangre al cerebro o por una hemorragia en el cerebro) o los cálculos biliares.
La Estrategia de Salud Mental del Minsa advierte que beber alcohol en exceso tiene efectos a nivel físico, emocional y mental, más allá de que su consumo continuo y exagerado podría generar falta de control por seguir consumiéndolo hasta convertirse en un alcohólico.
En el caso de las mujeres, el consumo reiterado de alcohol incrementa la actividad metabólica del tejido mamario, promoviendo la oxidación celular, un factor clave en la generación de tumores y, en particular, de cáncer de mama.
Entre los 26 factores de riesgo de vida evaluados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol fue el quinto factor de riesgo más importante en lo que respecta a muertes prematuras y discapacidades en el mundo.
Actualmente, el consumo de alcohol y otras drogas constituye una gran preocupación e impacto en la salud pública de casi la totalidad de países. Según el Informe Mundial de la Salud 2002, el alcohol causa el 4% de la carga de morbilidad, lo cual representa 58.3 millones de años de vida ajustados a la discapacidad y el 3.2% (1.8 millones) de todas la muertes del mundo en el 2000.
“Contrariamente a la creencia popular, el consumo de alcohol aminora la capacidad de reacción de la persona que lo ingiere. El organismo humano sufre una serie de trastornos a nivel visual, motor y cognitivo”, explicó el director de Servicios de Salud, de la Dirección General de Salud de las Personas, Dr. Javier Correa Tineo.
Está comprobado que el alcohol vuelve más lenta a la persona. “Puede tornarlo más eufórico, pero sus respuestas son menos coordinadas, y el raciocinio es un poco más lento también. Psicológicamente pueden presentarse complicaciones”, detalló.
El funcionario del Ministerio de Salud, advirtió además que un exceso de alcohol muy marcado produce una intoxicación aguda muy profunda que puede ocasionar una parálisis respiratoria, que de no tener asistencia, podría ocasionar incluso hasta la muerte.
Exhortación
En ese sentido, especialistas del Minsa pidieron no ingerir alcohol y si se da el caso ingerir estas bebidas en pequeñas dosis pues el hábito de esta ingesta también produce serios problemas a la salud entre ellos diversos tipos de cáncer como de cavidad oral, faringe, esófago, colon, estómago, recto, hígado, laringe y pulmón.
Con sólo beber alcohol excesivamente un sólo día, la persona no sólo ocasiona las conocidas “resacas” sino que puede ser causa de gastritis, taquicardias, intoxicaciones, disfunción eréctil, cáncer, problemas al sistema nervioso central, hígado, y múltiples demandas de atención hospitalaria.
En este sentido el consumo moderado de alcohol reduce el riesgo de otras enfermedades como las cardíacas, la apoplejía (enfermedad causada por la falta de irrigación de sangre al cerebro o por una hemorragia en el cerebro) o los cálculos biliares.
La Estrategia de Salud Mental del Minsa advierte que beber alcohol en exceso tiene efectos a nivel físico, emocional y mental, más allá de que su consumo continuo y exagerado podría generar falta de control por seguir consumiéndolo hasta convertirse en un alcohólico.
En el caso de las mujeres, el consumo reiterado de alcohol incrementa la actividad metabólica del tejido mamario, promoviendo la oxidación celular, un factor clave en la generación de tumores y, en particular, de cáncer de mama.
Entre los 26 factores de riesgo de vida evaluados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol fue el quinto factor de riesgo más importante en lo que respecta a muertes prematuras y discapacidades en el mundo.
Actualmente, el consumo de alcohol y otras drogas constituye una gran preocupación e impacto en la salud pública de casi la totalidad de países. Según el Informe Mundial de la Salud 2002, el alcohol causa el 4% de la carga de morbilidad, lo cual representa 58.3 millones de años de vida ajustados a la discapacidad y el 3.2% (1.8 millones) de todas la muertes del mundo en el 2000.