Samantha Millard y su madre. Foto: Oxford Mail |
Y no tenía gripe
El hecho ocurrió en el Reino Unido, donde la reacción en Millard se presentó a las 72 horas de recibir tan sólo tres de 10 tabletas de Tamiflu que le recetaron. Por su serio estado debió ser internada en el hospital, donde diagnosticaron el síndrome de Stevens Johnson, que causa la caída de la piel y necrosis que afectó su visión.
Ahora la familia de la adolescente informó a la prensa británica que demandará a los servicios de salud, pues su madre debe cuidar de ella a tiempo completo y acusa a los responsables por haberle recetado el Tamiflu tras una simple consulta telefónica.
La condición de la paciente es delicada, ha perdido mucho peso y no se sabe si recobrará la visión y lamenta que no se capaz siquiera de bañarse, vestirse, ver televisión ni leer libros y pasa el día sentada en su dormitorio con anteojos de sol, cortinas cerradas y con la televisión encendida, pero sólo para escucharla. Debió raparse el cabello para evitar las reacciones que le provocaba en la piel. Tampoco puede llorar pues no tiene lágrimas, por lo que debe usar gotas oculares cada hora.
Samantha, antes. Foto: Oxford Mail |
Los médicos señalaron que esta reacción al Tamiflu es muy rara y se han presentado pocos casos.
Este mes se denunció que la gripe AH1N1 es una falsa epidemia que sólo produce enormes ganancias a los laboratorios farmacéuticos, pues existe presión para vacunarse pese a que sólo se trata de una enfermedad relativamente leve.
El síndrome de Stevens Johnson afecta a una en cada tres millones de personas y se presenta después de una reacción alérgica a una medicación. Produce escaras en el cuerpo y conjuntivitis que puede causar pérdida de la visión, así como infecciones bucales que pueden impedir la alimentación normal.