Demostrando una vez más la falsedad de que el pueblo (la clase pobre o clase media) chileno es amigo del pueblo peruano, una turba atacó el consulado peruano en Iquique, ciudad peruana que Chile ocupa militarmente.

ataque consulado Peru Iquique UPI

Foto: UPI

La manipulación geopolítica quiere convencer a los peruanos de que su enemigo es la clase alta limeña y que los pueblos (pobres o clase media) peruano y chileno son amigos y tienen aspiraciones comunes que defender, se estrella así una vez más en su propia verdad histórica, pues desde décadas antes de la guerra de rapiña emprendida en 1879 contra el Perú, las clases pobres chilenas ansiaban el saqueo del Perú.

Esta vez el pueblo chileno, unos 300 pescadores, protestaron por los resultados de la demanda por la delimitación del mar peruano en la zona que Chile robó al Perú en la guerra de 1879, latrocinio defendido con ardor por el pueblo chileno de hoy.

La manifestación de los pescadores ocurrió despés de un discurso del presidente chileno Sebastián Piñera en la Escuela Santa María de Iquique.

En tanto, la Cancillería del Perú se mantiene en humillado silencio ("para que no se enojen los chilenos") ante este y otros ataques perpetrados contra peruanos en Chile en los últimos años.

Mientras en el Perú las autoridades (incluyendo el gobierno de Ollanta Humala) han prohibido que en los libros escolares se estudie los robos, asesinatos y terrorismo que cometían los chilenos durante la guerra, y además se pone un monumento al ratero chileno Arturo Prat Chacón, en Chile se mantiene vivo el recuerdo de los latrocinios que cometieron, por ejemplo mediante la serie "Epopeya" (cuyo solo nombre constituye apología del robo, asesinato y terrorismo) y mediante grandes homenajes conmemorativos de la batalla de Yungay, que ocurrió cuando Chile invadió el Perú en 1839 (40 años antes de la guerra en que nos robaron territorio).

He aquí las “cuerdas separadas”

Así como Sebastián Piñera ofende al Perú y humilla públicamente al presidente Humala (caso de los condicionamientos), el pueblo chileno reedita su conducta antiperuana, que llega al extremo de múltiples asesinatos de peruanos residentes en Chile.

Todo esto ocurre porque los políticos chilenos y el pueblo chileno saben que los empresarios peruanos corruptos y los políticos peruanos vendidos cumplen las órdenes de Santiago de aplicar “cuerdas separadas”, lo que se interpreta así: “Yo chileno robo, mato, colonizo, usurpo, insulto y humillo (incluso al presidente peruano); pero eso no tiene que ver nada con mis inversiones en el Perú que chupan la sangre de los peruanos”.