Muchedumbre superó en número a la marcha del jueves. No funcionó maniobra de Urresti
Multitudes, principalmente de jóvenes, se movilizaron ayer exigiendo la derogación del nuevo régimen laboral juvenil, que con la promulgación de la Ley 30288 entrega a los jóvenes desde no calificados hasta egresados de universidades a la explotación para beneficio de las grandes empresas.
Previamente, el ministro del Interior, Daniel Urresti, quien dijo que recibió órdenes del presidente Humala, había tratado de desalentar la participación en la marcha anunciando la prohibición de portar mochilas y diciendo que se pediría DNI en todos los accesos, además de prohibir el uso de capuchas, pañuelos y objetos contundentes, para al final de su intervención amedrentar y desacreditar al soltar provocadoramente la posibilidad de que sujetos de Sendero Luminoso y el Movadef participen en la marcha.
Ante lo terrible de la norma la protesta se extendió a todo el Perú. En Lima se realizó la marcha más grande, con jóvenes que llegaron ordenadamente representando a la juventud de sus distritos y de la provincia del Callao, universidades e institutos y se concentraron en el Campo de Marte y la Plaza San Martín.
Desde estos lugares partieron por la avenida Arequipa hasta Miraflores y el Paseo de la República, marchando pacíficamente con carteles y coreando lemas contra la nueva ley. De lejos, la cantidad de jóvenes manifestantes fue superior a la del jueves, que también fue contundente.
La protesta pasó por el local del Partido Nacionalista, en la avenida Arequipa, a la altura de Miraflores para después protestar frente a la sede de la CONFIEP, que agrupa a grandes empresas, que obtendrían jugosas ganancias al recortar los beneficios sociales de los trabajadores jóvenes.
Cuando ingresaron al zanjón el caos vehicular fue grande, agravado por el denso tráfico que normalmente discurre en el mes de diciembre, por las fiestas. Los buses del Metropolitano suspendieron su tránsito.
Entre los lemas coreados se escuchaba "Si al trabajo digno, no a la explotación", "Por culpa del gobierno, estamos en la calle" y "Derogatoria ya, sesión extraordinaria (del Congreso)", o carteles como “Nadine, desahuévate”.
Pasada la medianoche, cuando de Miraflores los manifestantes habían regresado al Centro de Lima, un grupo de exaltados causó desórdenes arrojando piedras, a lo cual los policías respondieron arrojando bombas lacrimógenas que comenzaron a dispersar a los marchantes.
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