La cuestionada burócrata Ingrid Suárez Velarde, propuesta para el cargo de Contralor General de la República, asistió al Congreso de la República, donde fue citada para que explique los señalamientos sobre su hoja de vida.
Suárez insistió en estar preparada para el cargo pese a que no posee estudios en auditoría ni experiencia gubernamental en esa materia.
Preguntada sobre lo que es necesario realizar en la Contraloría indicó que no conoce la institución y que primero tendría que analizarla para ver lo que se puede hacer. "Pienso de que [sic] primero debo conocer la Contraloría", espetó.
Sobre los numerosos errores de redacción que aparecen en su hoja de vida, como apuntó el congresista Lescano, disimuló diciendo que la mandó digitar.
Durante la sesión se analizó diversas inconsistencias en su hoja de vida, las cuales fueron defendidas aguerridamente por la congresista aprista Mercedes Cabanillas, quien presidía la sesión.
Sobre la empresa de la cual fue socia y que es materia de investigación por parte de la Contraloría, aseguró que los hechos ocurrieron después que ella dejó la sociedad.
En su presentación ante la comisión especial encargada de evaluar su candidatura, dijo que cuenta con título profesional de contadora colegiada y una maestría en administración de empresas, pero no existen en su hoja de vida estudios de auditoría ni experiencia en esas funciones en el estado.
Indicó que tiene tres años de estudios de ingeniería técnica en una universidad española, pero precisó que no posee constancia porque en España no se entregan certificados de estudios ni otorgan el grado académico de bachiller.
Agregó que carece de algunos certificados de experiencia laboral anotados en su hoja de vida y respondió que los hará llegar.
Como se recuerda, el “mérito” más saltante de Suárez es haber sido propuesta por el ex ministro Rafael Rey y el partido Renovación, pese a que se solicitó independencia respecto de los partidos políticos.
En el ministerio de la Producción, la referida burócrata ingresó a gozar de suculentas remuneraciones mediante la trampa oficial denominada PNUD, que consiste en una planilla dorada creada para burlar las normas de austeridad en materia de remuneraciones estatales y asignar jugosos sueldos a oscuros personajes privilegiados, pero de cuya formación y mérito poco se conoce.
El PNUD utiliza fondos del gobierno peruano y utiliza el nombre de las Naciones Unidas para conseguir su propósito de evadir las restricciones remunerativas estatales.