Afán desmedido de Chile para adquirir aviones F-16
Por Alfredo Palacios Dongo*
El ministro de Defensa chileno, Francisco Vidal, confirmó el pasado día 28 la “negociación ya concluida” con el gobierno holandés para la adquisición de un nuevo lote de 18 aviones de combate F-16 que comenzarían a recibirlos a principios de 2010, incrementando su flota actual a 44 unidades. Sin embargo el ministro de Defensa de Holanda, Maurice Piek, afirmó que el contrato aún no estaba firmado obligando al ministro Vidal a retractarse y reconocer que “el acuerdo está aún por firmarse”. Es importante resaltar que esta adquisición ya estaba definida por el gobierno chileno desde el 2 de octubre de 2008 con la firma de una carta de intención de compra con Holanda, ratificándola y autorizándola el 22 de diciembre mediante Decreto Supremo, y asimismo, el 17 de enero de 2009 ambos países firmaron la minutas de acuerdos de condiciones operativas, técnica, logísticas, jurídicas, económicas y financieras.
Todo esta situación se podría haber generado en Chile por el afán desmedido para asegurar la adquisición de este nuevo lote de 18 aviones antes de que concluya dicho proceso de negoción con Holanda, el mismo que para concretarse, además de la firma del contrato, falta la notificación de las FF. AA. holandesas a su parlamento y la autorización del Congreso de EE. UU. por tratarse de una venta de aviones fabricados en este país. Las hipótesis sobre esta actuación podrían ser: 1) Que otros países puedan interesarse en dichos aviones; y 2) Que podrían existir presiones y lobbies de otros países de la región —como Perú— para que EE. UU. no apruebe dicha adquisición. Al respecto, el diputado Alberto Cardemil, miembro de la Comisión de Defensa, ha manifestado que “el interés del país es que este negocio se concrete y que los aviones lleguen al país. En eso estamos alineados todos”.
Estos cazabombarderos F-16 que alcanzan dos veces la velocidad del sonido —equivalente a más de 2 mil kilómetros por hora— en caso de concretarse la adquisición, serían refaccionados en Holanda con un programa MLU que extienden su vida útil por más de 20 años. El comandante en jefe de la Fuerza Aérea chilena (FACH), general Ricardo Ortega, ha declarado que la estructura de estos aviones será más sofisticada a través de una actualización y además que el contrato incluye un importante soporte logístico de motores de reemplazo y repuestos. Recordemos que en marzo de 2008 el mismo general Ortega advirtió que “gracias al poderío de sus aviones F-16, los países de la región tendrán que pensarlo dos veces si quieren violar las fronteras chilenas”.
Actualmente la FACH cuenta con 26 de estos aviones los cuales se encuentran desplegados cerca de la frontera con el Perú, 10 de ellos en la 1ª Brigada Aérea de Iquique Base “Los Cóndores”, situada a 25 kilómetros al norte de Antofagasta, y los otros 16 en el Grupo de Aviación N° 8 de la V Brigada Aérea de Antofagasta, Base “Cerro Moreno”, la más equipada de la FACH y en la que se concentraría esta nueva flota de 18 aviones.
En este contexto, es necesario reflexionar sobre la gran importancia que le da Chile al control y explotación del espacio aéreo. Su Libro de la Defensa Nacional resalta: “El Poder Aéreo es un instrumento dotado de una gran capacidad de destrucción, particularmente por las posibilidades de enfrentar a las fuerzas adversarias prácticamente en cualquier lugar, sin importar distancias u objetos geográficos”.
* Expreso, 02.05.09 www.planteamientosperu.com