García arremete contra nativos: amazónicos no son dueños de nada
El presidente Alan García reveló sus verdaderas intenciones: desconocer los derechos de los nativos amazónicos a la propiedad y a la facultad de decidir lo que se hace en sus tierras, cuando ayer aseguró que la selva amazónica no es de lo nativos, sino de todos los peruanos.
Como se sabe, por tratados firmados con la OIT, los nativos deben ser consultados cuando el gobierno pretenda emitir leyes sobre las actividades que se realizarán en la selva, pero García, pisoteando la ley, niega a los nativos todo derecho a decidir, pues desde Palacio se ofrece todo el Perú a codiciosos inversionistas que no se sabe qué ofertas realizan en secreto a García.
De esta manera el Presidente muestra una vez más su ánimo de conflicto y de burla, precisamente cuando la Defensoría del Pueblo se encontraba realizando gestiones en busca de un acuerdo con los indígenas, esfuerzos que terminaron con la aceptación de éstos de poner fin a su llamado a la insurgencia ante la negativa del gobierno de anular los decretos legislativos perjudiciales a las comunidades amazónicas y andinas y los intereses nacionales, según afirman.
García espetó que las tierras de la Amazonía son de todos los peruanos y no de un pequeño grupo de nativos que, según el Presidente, tiene la pretensión de apropiárselas. García parece olvidar que los nativos vivieron por miles de años en la selva, a la cual respetaron y permitieron florecer, y que son más bien los advenedizos, como madereros, petroleros, mineros informales y personajes como Dionisio Romero, quienes causan daño al ambiente y no tienen respeto por las comunidades nativas.
Además, García ridiculizó a la AIDESEP señalando que “un dirigente ideologizado de algunas comunidades de la selva ha dicho que llama a la insurgencia contra el sistema y el gobierno, y vengo a decir que lamento esas expresiones porque este gobierno nace de la democracia y está consagrado a todo el pueblo, no defiendo sectores, ni a un grupo”, agregó. No obstante, todos vemos que sí hay grupos que rodean a García y a quienes éste invita a Palacio, y que la política aprista favorece a ciertos grupos y ha decidido abandonar a otros, como los campesinos, industriales y profesionales, excepto un grupúsculo de allegados al gobierno.
Para García, si existen recursos como el petróleo, gas, madera, pesca, entre otros, que pueden dar trabajo a muchas personas, estos no le pertenecen a un grupo, porque eso significaría que más de la mitad del territorio peruano es sólo de algunos miles de personas. “No obedezco a ningún grupo corporativo empresarial, ni a un grupo corporativo racial, me debo a todos los peruanos y la democracia que pregono, practico e impulso es la democracia de todos los peruanos, no sólo de quienes están en alguna región”, manifestó y añadió que están equivocados quienes creen que se pueden apropiar de una zona para independizarla del Perú, objetivo que pretendió atribuir a Pizango y Aidesep.
Sin duda, este asunto es muy serio y demanda un profundo análisis, porque con el pretexto de la explotación de los recursos y del empleo las actividades extractivas sólo están causando daño y perjuicio al ambiente y a los nativos, quienes tras años de ver cómo se maltrata sus regiones, se han organizado para poner coto a estos abusos.
Es precisamente el gobierno el que promueve el salvajismo empresarial en la selva al no castigar la tala ilegal, y las actividades como la extracción de petróleo o minerales, que contaminan el ambiente. No sólo en la selva, en todo el Perú el gobierno aprista se muestra incapaz de sancionar y prevenir los delitos ambientales, lo cual es un serio indicio de corrupción.